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El club de los magníficos

El club de los magníficos
  • La compañía de teatro “Lope de Rueda” ensaya la comedia que representará en la próxima edición de la Semana Cultural del Mayor

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Nervios, carreras en los camerinos, últimos retoques de maquillaje y mucha emoción son parte de la rutina de Pilar Sánchez, Juven Tochón y los 14 actores de la compañía teatral “Lope de Rueda”. Todos y cada uno de ellos guardan algo en común: son jubilados y sienten pasión por el teatro.

El grupo nació hace 15 años por la iniciativa de la Unión de Pensionistas de San Vicente de subirse a un escenario y disfrutar así de la etapa de la jubilación. La mayoría de los actores carece de formación teatral pero el entusiasmo que imprimen a su trabajo diario no es obstáculo para este grupo de aficionados, que obra tras obra cosecha notables éxitos. Por ello la directora de la corporación, Mª Cruz Serrano, asegura que “siente mucha admiración” cuando sus alumnos comienzan los ensayos de una nueva obra. Explica que entre todos existe un aprendizaje mutuo y que “carga las pilas cuando está con ellos” gracias a la alegría con la que trabajan. Y precisamente de esta alegría contagian sus actuaciones, –todas comedias porque en “Lope de Rueda” no hay cabida para el drama–.

El reconocimiento en el teatro compensa la dedicación de los actores noveles y el esfuerzo de su labor

Los inicios del grupo fueron modestos y sus actuaciones se reducían a eventos muy señalados. Pero el pasado año debutaron en la XVII Semana del Teatro de San Vicente y el beneplácito del público les dejó un buen sabor de boca. Un sabor que paladearon de nuevo en la XVIII Semana del Teatro con la comedia “El palco del real” y que esperan repetir el éxito cosechado en la Semana Cultural del Mayor, que se celebrará en octubre. Los ojos azules del actor Francisco Melero todavía reflejan los vítores y los aplausos que recompensaron los meses de duro trabajo preparando “El bulto negro”, una de las funciones favoritas de los actores.

Ellos no cobran por actuar, su entrega al teatro es una labor altruista que sólo se paga con la gratitud del espectador. Pero el sacrificio que realizan es muy costoso. Todo el grupo coincide en que el mayor problema es la memorización de los textos. No obstante, tras los constantes ensayos, incluidos los de casa, consiguen familiarizarse con la obra gracias a la ayuda de Mª Cruz y al compañerismo que existe entre ellos. Esto representa algo fundamental. La actriz Eladia Motos asegura que “cuando alguien tiene un problema siempre se le echa un capote”. Además, el compromiso de los actores con la profesión es otro factor a señalar, y eso lo sabe muy bien José María Serra, quien a los diez días de ser operado del riñón, salió a escena sin mostrar ninguna dolencia.

Por su parte, Toñi Jerez, una andaluza afincada en San Vicente, recuerda la vez que tuvo que interpretar una obra cantada en valenciano. Ella no conocía la lengua y le parecía imposible, pero le “echó morro” y en 15 días salió al escenario con un valenciano perfecto. Sin embargo, pese a la cantidad de alegrías que reciben, el grupo tiene una “espinita clavada”. Su directora señala que “casi nunca pueden repetir las obras” por la dificultad de encontrar nuevos eventos. “Es una pena hacer una sola representación después de tanto esfuerzo”, remarca. Por eso piden salir fuera, llevar sus comedias a otros pueblos y llenar el calendario de próximas funciones con las que compartir con la gente su afición por el teatro.

La edad de la experiencia
Para muchas personas la jubilación supone la meta de una agotadora carrera en la que la competición acaba y llega el turno del descanso. Pero para los integrantes de “Lope de Rueda” esa meta sólo es un alto en el camino, el fin de una etapa, donde coger fuerzas y seguir adelante con todo lo aprendido hasta el momento. De esta forma, Eladia Motos califica su condición y la de sus compañeros como la de la “edad de la experiencia”, por todo lo que aportan al teatro con sus años de sabiduría. En esto coincide Salvador Alcaraz, quien subraya que además del tópico de la jubilación, existe el cliché de que el teatro hecho por mayores ha de ser seguido por mayores.

“El alimento del artista brota de una simple emoción en el público”, señala José María Serra

Así pues, la corporación teatral persigue el objetivo de erradicar los estereotipos que proyectan una imagen distorsionada de lo que es “Lope de Rueda”. Todo el equipo busca el calor de las gradas y en varias ocasiones, en las butacas de los auditorios, ese calor lo han encontrado en caras jóvenes que aplaudían su actuación y les pedían más funciones. En consecuencia, José María Serra explica que “el alimento del artista nace de una sola emoción en el público”, ya que les reconforta saber que despiertan un sentimiento en el espectador y que además, éste es una persona joven que elogia su trabajo y rompe con el tópico de “el mayor para el mayor”.

Mientras tanto en “Lope de Rueda” esperan con ilusión el día del próximo estreno ensayando dos veces por semana en las aulas del centro de mayores de la calle Cervantes. Y a la vez, ríen a carcajada limpia, pues llevan la comedia en las venas. El teatro les une para disfrutar de él y con él, y el difícil compromiso con las obras es tan sólo una minucia para estos magníficos que como ellos dicen, “son unos fuera de serie”.

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