El Ayuntamiento inicia el reparto de 300 unidades de feromonas y 100 nuevas trampas para combatir la procesionaria
El área de Parques y Jardines desarrolla este tratamiento biológico que permite reducir el uso de productos fitosanitarios
La concejalía de Medio Ambiente, Parques y Jardines del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ha iniciado la distribución de 60 nuevas trampas y un centenar de unidades de feromonas para dotar a las ya instaladas con el fin de combatir la plaga de la procesionaria en las pinadas tanto públicas como privadas del término municipal.
La concejalía ha empezado a distribuir estos dispositivos a quienes lo soliciten, así como la correspondiente feromona que va en su interior para las trampas nuevas y las ya instaladas, hasta fin de existencias en la Oficina de Información de Medio Ambiente (OIMA) de la concejalía de Parques y Jardines de la calle Petrer.
Las trampas se instalarán en la Vereda Real y en los parques públicos con áreas de pinada. El edil del área, Francisco Javier Cerdá, ha explicado que “el servicio de Parques y Jardines realiza sistemáticamente tratamientos preventivos en las áreas municipales afectadas por la procesionaria mediante la fumigación con productos fitosanitarios, pero desde hace cuatro años se está procediendo a la colocación de trampas en pinadas públicas y privadas distribuidas por todo el municipio para combatir la citada plaga”.
Cerdá ha destacado que “el desarrollo de campañas preventivas con productos biológicos, contribuye a cumplir las recomendaciones de las directiva de la Unión Europea y reducir de forma paulatina el uso de productos fitosanitarios siempre que sea posible y esté comprobada su efectividad, como es el caso”.
Cuarenta por ciento menos
“Estamos muy satisfechos con los resultados obtenidos en estos años pasados, que se estima que redujo la incidencia de esta plaga entre cerca de un cuarenta por ciento, teniendo en cuenta que la media de mariposas por trampa rondaba los doscientos ejemplares”, ha señalado Cerdá.
El concejal ha destacado que “este sistema presenta varias ventajas con respecto a los insecticidas normalmente aplicados, como por ejemplo su alta especificidad, la ausencia de resistencia, la baja toxicidad y la no generación de residuos”. Las trampas tienen un radio de acción de una hectárea y van cargadas con una cápsula de polietileno con feromona sexual.
Francisco Cerdá ha señalado que “el tratamiento de esta plaga tiene vital importancia porque las larvas provocan defoliaciones en los pinos que los hacen más vulnerables a factores ambientales, además de ocasionar urticarias que pueden provocar trastornos alérgicos graves en las personas y animales”.
“Es de gran importancia llevar a cabo el control de esta especie ya que en San Vicente existen amplias áreas reforestadas con pinos, como la Cañada Real del Palamó a Peñas Rojas, el Paraje de la Casa del Soldat o la Foia dels Carratalans, entre otros, además de los parques y jardines municipales y los pinos que muchos vecinos tienen en sus parcelas”, ha añadido el edil.
Las trampas capturan al macho
El tratamiento consiste en la colocación de trampas con feromonas específicas como cebo, unas sustancias emitidas por las hembras que induce un comportamiento de atracción y de cópula de los machos. De esta manera se captura el mayor número de machos y así se reduce el número de hembras fecundadas, manteniendo niveles bajos de población.
Las trampas han de colocarse unos días antes del periodo de vuelo que empieza a finales de agosto. Se deben colocar suspendidas sobre una rama de árbol a unos 1.80 o 2.00 metros del suelo, cuyo periodo de eficacia es de unos 200 días. Una vez finalizado el periodo de vuelo, las trampas se retiran y se separa la bolsa del dispensador para ser utilizadas nuevamente al año siguiente.
