Som Valencians ya denunció “el caracter discriminatorio que lleva al TSJCV a suspender el decreto del plurilingüismo de Marzà”
Som Valencians ya denunció el caracter discriminatorio que lleva al TSJCV a suspender el decreto del “plurilingüismo” de Marzà. Así lo ha recordado Joan Ignaci Culla, presidente de Som Valencians, que valorado la suspensión de manera cautelar, mediante esta sentencia, del mal llamado decreto de plurilingüismo del Consell de la Comunitat Valenciana, que para Som Valencians refleja un claro bilingüismo, contraviniendo el principio de igualdad, discriminando a los alumnos, en función de las lenguas.
Culla ha explica que el decreto “atenta contra los derechos fundamentales de los padres, reconocidos por todos los organismos, de libre elección de centro y la libertad de enseñanza. Los criterios del conseller Marzà no están encaminados para la mejora de la enseñanza, sino hacia un propósito ideológico, dogmático y sectario donde prima el autoodio, la manipulación, el antivalencianismo con el fin de que los alumnos vayan asimilando un concepto megalómano de los païssos catalans y la unidad de la lengua.
Culla ha concluido dejando encima de la mesa “el análisis de profesionales de Som Valencians, consensuado con diversos colectivos de padres de asociaciones de valencianoparlantes, así como de castellanoparlantes, hemos presentado a la sociedad valenciana el modelo idóneo para una enseñanza de calidad con respeto a todas las lenguas oficiales de nuestra autonomía. Se basa en un reparto de porcentajes entre la lengua valenciana, el castellano y el inglés. Un 33% de valenciano por ser nuestra lengua y un bien cultural indispensable que nos identifica como pueblo, un 33% de castellano por ser la lengua del Estado y un 33% de inglés, ya que en un mundo tan globalizado como el nuestro, nuestros alumnos deben estar lo suficientemente preparados para poder competir en todos los ámbitos. Además, garantizaremos la libertad de enseñanza con el cheque escolar, que tan buenos resultados ha cosechado desde que se implantó en guarderías en los años 90s”.
