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Una charla de Enrique de Miguel los pone en valor

Valencianos en la Guerra de Cuba

Valencianos en la Guerra de Cuba
  • Alrededor de 18.000 valencianos participaron en un conflicto que duró tres años

  • El conflitdo terminó en 1898 con la pérdida de la isla

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Valencianos en la Guerra de Cuba - (foto 2)
Valencianos en la Guerra de Cuba - (foto 3)

Los antecedentes, las distintas fases, el envio de tropas y la repatriación fueron algunos de los temas que se trataron en la conferencia “Los valencianos en la Guerra de Cuba (1895-1898)” celebrada ayer miércoles en el salón del Casino de Agricultura de Valencia.

Más de 50 asistentes, muchos de ellos nietos de los soldados que participaron en la contienda, atendieron a las palabras de Enrique de Miguel, Doctor en Historia y Decano de la Real Academia de Cultura Valenciana, que expuso una pequeña parte de la investigación emprendida hace ya cuatro años y cuyo fin es poner nombre y apellidos a los valencianos combatientes, los lugares de los que provenían y el lugar en el que fallecieron.

La investigación empieza cuando Enrique de Miguel preparaba su tesis doctoral sobre la organización del ejército en la época. Su amigo y compañero de trabajo, Eugenio de Azcárraga, nieto del General Azcárraga, Presidente del Gobierno en los años de la guerra, le permite trabajar con la correspondecia que conservaba de su abuelo con el entonces Capitán General de Cuba, Valeriano Weyler.

Con los datos que aparecen en esas cartas Enrique de Miguel, en colaboración con el grupo de investigación militar de la RACV, empieza a explorar un campo poco investigado: el de los soldados valencianos que participaron en la guerra de Cuba y que, en su mayor parte, se integraron a regimientos catalanes.

Agustín Blasco de Castellón, Francisco Estévez de Valencia, Cristóbal Montoliu de Alcora, Francisco Pascual de Alcoy o Vicente Bodí de Bañeres son algunos de los 18.000 valencianos que, en su mayoría provenientes de las zonas más pobres, se embarcaron entre 1895 y 1898 para defender los intereses españoles en “la perla de las Antillas”. Más de una tercera parte no volvería a pisar suelo español.

Las crónicas de la época cuentan que al menos 15.000 ciudadanos acudieron al puerto de Alicante a despedir a parte de las tropas que partían rumbo a Cuba. También las autoridades estaban presentes y cada soldado recibía dos pesetas, una por parte del alcalde y otra de Diputación.

Tal fue la cantidad de soldados que embarcaron que las escalerillas del barco no pudieron soportar el peso, la madera terminó por ceder y muchos de los soldados y oficiales acabaron en el agua. Nadie pareció interpretarlo como un mal presagio, al contrario, el embarque tenía lugar bajo los vítores e himnos militares que pretendían ensalzar la valentía y fuerza de los batallones españoles frente a los insurrectos cubanos.

Sin embargo, los insurrectos y el ejército estadounidense, que entró en el conflicto en 1898, no fueron los peores enemigos del ejército español. El mayor rival de los soldados fue el clima tropical y las enfermedades que provocaron como el paludismo y la fiebre amarilla. De los cerca de 50.000 españoles fallecidos durante la guerra, 4.000 fueron en combate, el resto debido a enfermedades.

Cierta es la expresión tantas veces escuchada de “¡más se perdió en Cuba!”. El desastre del 98 supuso para España la pérdida de Cuba, Filipinas y Puerto Rico. Era el final de la que había sido una potencia mundial, España y el nacimiento de otra, EE.UU. Y aún más importante, 50.000 españoles dejaban su vida en la isla defendiendo el último testimonio del poderío español.

comentario 1 comentario
Ammarq
Ammarq
20/11/2014 12:11
Desmemoria histórica

Excelente crónica de la conferencia de ayer sobre valencianos en la Guerra de Cuba. Un claro ejemplo de la existencia de "otra" Memoria Histórica no tan lejana en el tiempo. Estamos habituados mediáticamente a conocer a los nietos de la Guerra civil española, pero nunca había pensado de la existencia actual de nietos de la Guerra de Cuba. Esta guerra como tantas otras quizá forman parte de nuestras desmemorias históricas. Sin duda, gracias a esta crónica y a conferencias como las de ayer nos ayudarán a no olvidarnos de estos valencianos.

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