Tres componentes de la ADEF demandan más difusión de las Fallas
Las fallas necesitan de más promoción para ser más conocidas que lo son menos de lo pensado. Ésta es la principal conclusión del coloquio celebrado en la sede de la Federación de Fallas de Benicalap-Campanar con motivo de las jornadas “Pepe Monforte”. En el acto de ayer departieron tres componentes de la Asociación de Estudios Falleros (ADEF) Alejandro Algarda, Antoni Colomina e Iván Esbrí. Ellos hicieron hincapié en cómo se vive la fiesta, que imagen se tiene de elal y cuales son las acciones a poner en marcha para mejorar su falta de fomento actual.
Durante la ponencia destacaron la situación actual de los museos falleros y el escaso interés que hay por mejorar su imagen, además de la nula información que aparece sobre los ninots indultados que año tras año se exhiben en ellos.
Antoni Colomina, licenciando en Bellas Artes, explicó cómo era la restauración de los ninots más antiguos, cómo conservarlos y los diferentes factores de deterioro que afectan a las obras allí expuestas año tras año.
Iván Esbrí, licenciado en Historia, manifestó que uno de los graves errores residía en la no traducción de las guías a otros idiomas para los extranjeros.
Además dijo que los ninots de los museos falleros tenían una gran importancia para la fiesta, ya que en su mayoría, reflejan las costumbres valencianas, pero que los museos no promocionaban la fiesta con guías turísticas o carteles que ayudarían a la imagen comunicativa de los ninots. Los dos resaltaron la importancia del papel del turismo en la fiesta fallera.
Alejandro Lagarda, licenciado en Historia del Arte destacó: “actualmente existe poca recepción de la falla como turismo e información confusa o nula”. Por otro lado remarcó que la festividad no era tan conocida como el público valenciano pensaba, debido, en parte, a un error en la comunicación.
A modo de conclusión, el experto en arte plasmó las posibles soluciones para una promoción mayor de las fallas: “hay que relacionarlas con otras festividades del mundo, corregir el plan estratégico del turismo y entender la fiesta como un arte, no como una juerga”.
