Las restricciones y el toque de queda vacían la hostelería de Valencia en las cenas de Fallas
El sector aseguran que el fin de semana de la Plantà ha sido “el más flojo de agosto”
Las perspectivas económicas y de impacto para la hostelería que se presupone a las Fallas de Valencia no está siendo tal este año. De hecho, la Coordinadora de la hostelería de los barrios de Valencia ha asegurado que “ha sido el fin de semana más flojo de agosto, sin que las Fallas hayan tenido ningún impacto para la recuperación de la actividad del ocio y la hostelería de la ciudad”.
De hecho, la coordinadora ha apuntado que la celebración de las fallas “no está generando actividad turística ni hostelera en la ciudad de Valencia, y mucho menos, en las ciudades del área metropolitana que van a celebrar las fallas suspendidas en 2020 durante esta semana”.
Asimismo, han afirmado que “las restricciones y los horarios del toque de queda vacían las calles a la hora de las cenas e impiden las rutas falleras previas a la Plantá” por los que califican de “desastre” el fin de semana previo a las Fallas, confirmándose “las malas expectativas de las pymes del ocio y la hostelería, cuya actividad no llega al 20% de lo que sería un fin de semana pre-Fallas normal”.
Limitación del impacto sanitario
Sin embargo, los malos resultados del fin de semana contribuirán según la Coordinadora a la limitación del impacto sanitario de la celebración de las Fallas, cuya Plantá y celebraciones están teniendo un alcance muy limitado y atraen únicamente al colectivo fallero más implicado. “Lo que viene a demostrar que la celebración de las Fallas era viable y necesaria para completar el ejercicio fallero, sin que supusiera ningún tipo de riesgo sanitario en el momento actual”, añaden.
Además afirman que “hasta el momento, podemos decir que las visitas turísticas y excursiones asociadas a las fallas son totalmente inexistentes”.
Por último, la Coordinadora ha asegurado que “las zonas turísticas como el Cabañal, Ciutat Vella o Russafa están funcionando mejor que el verano pasado, duplicando sus resultados, mientras el resto de los barrios han estado desiertos y la hostelería de esas zonas está funcionando incluso peor que el último fin de semana de agosto del año pasado, cuando se pudo apreciar la recuperación de la actividad, lo que no ha pasado este año”.
