Presidente de Casa Caridad: “En Valencia hay mucha gente necesitada”

Casa Caridad es una ONG pionera en la atención a personas sin hogar y en riesgo de exclusión social. Sin connotación política o religiosa alguna, apoya cada día a los colectivos más vulnerables con el objetivo de mejorar su calidad de vida y que vuelvan a reintegrarse como uno más en nuestra sociedad. Comedores sociales, albergues, escuelas infantiles, centros de día… son muchas las formas en las que Casa Caridad llega a los más necesitados.

La Asociación fue fundada a principios del siglo pasado -cuenta con la friolera de más de 120 años de historia- por José Sanchís Bergón, médico valenciano y alcalde de la localidad, con el objetivo de erradicar la mendicidad de las calles de València. Desde entonces, Casa Caridad no ha cerrado ni un solo día, y permanece abierta las 24 horas los 365 días del año. Incluso en momentos complicados, como la riada de 1957, acogieron a los vecinos que nos necesitaban.

Hoy, la realidad sigue siendo dura: cada día pasan más de 300 personas por el comedor social de la Pechina y la demanda va en aumento. Elperiodic.com ha entrevistado a su presidente, Luis Miralles, para conocer más de cerca su labor y poner cara a una realidad que muchas veces pasa desapercibida.

¿A quién atiende Casa Caridad?

En Casa Caridad atendemos a personas que se encuentran en situación de sin hogar o en riesgo de exclusión social. Nuestras puertas están abiertas a todos los que necesiten ayuda independientemente de cómo han llegado a esta situación de necesidad. De hecho, lo primero que haces cuando entra un nuevo usuario es una entrevista personal para conocer su caso y trazar un plan individualizado.

¿Cuál es el perfil del usuario?

Entre los más “habituales” podemos señalar a españoles mayores de 55 años, personas con alguna adicción o extranjeros que vienen principalmente de países subsaharianos o de Latinoamérica. En los últimos meses hemos notado un aumento de personas procedentes de Latinoamérica o países del Este de Europa, que llegan en situación de protección internacional, muchos de ellos llegan como núcleo familiar. También está creciendo los jóvenes entre 18 y 30 años y mujeres que llegan acompañados de menores.

Y cuando vienen, ¿qué buscan?

Las necesidades de las personas que llegan a Casa Caridad son diferentes en función de cada usuario, por eso, lo primero que hacemos es una entrevista con nuestros trabajadores para conocer su caso. Cada usuario es un perfil diferente. Seguimos teniendo muchas personas, en su mayoría españoles mayores de 55 años que son desempleados de larga duración y necesitan, más allá de un techo o comida, un lugar donde tener una red de apoyo social por el problema cada vez más frecuente de la soledad. En el caso de extranjeros, notamos un aumento de familias que llegan a València, con la idea de empezar una nueva vida aquí y que tienen en la búsqueda de empleo uno de sus principales preocupaciones.

Están la mayoría en paro, supongo…

En nuestros comedores acuden muchas personas que a pesar de contar con algún tipo de ingreso, no es suficiente para cubrir sus necesidades más básicas. Es el caso, por ejemplo, de gente jubilada cuya pensión tiene que repartir con sus familiares y necesitan el apoyo de la Asociación porque no llegan a final de mes. Problemas como el desempleo, el trabajo precario o los altos precios de la vivienda llevan a que cada vez más personas necesiten del apoyo de ONGs como la nuestra.

Y viendo esta realidad de la que muchos no somos conscientes, tratando día a día con ellos. ¿Cuál es el diagnóstico que puede hacer de pobreza que hay en Valencia? ¿Cree que se mejora?

Hay mucha gente necesitada. Mucho más de lo que nos creemos. Los datos de Casa Caridad reflejan que el número de atenciones en el servicio del comedor social ha crecido en lo que llevamos de año en torno al 15%, en la línea de 2018, donde la tendencia fue al alza respecto al año anterior. Cada día más de 300 personas pasan por el comedor social de Pechina. Nuestros albergues están al 100% de ocupación y crecen los diferentes servicios que prestamos desde la entidad. Son datos preocupantes porque notamos que más gente necesita de nuestros servicios. Aumentan tanto el número de españoles como de extranjeros, especialmente estos últimos, por el repunte de personas en situación internacional.

¿Y qué podemos hacer cada uno para aportar nuestro granito de arena?

Estamos agradecidos a los valencianos por su implicación con la Asociación, pero las cifras nos demuestran que seguimos necesitando contar con más gente, empresas e instituciones que nos apoyen porque abrir nuestras puertas cada día cuesta más de 13.000 euros al día. El 70% de nuestros ingresos proviene de iniciativa privada: socios, empresas; donativos, herencia, legados o subvenciones privadas. Seguimos necesitando aumentar estas contribuciones, de personas privadas pero también de empresas. Es muy fácil colaborar con nosotros, lo pueden hacer directamente a través de nuestra web https://casacaridad.com o en el teléfono 96 391 17 26.

Hablaba de las donaciones de empresas privadas. ¿Qué cree que pueden hacer las autoridades ante este problema?

Casa Caridad es un observatorio de lo que pasa, somos un termómetro de la ciudad y vemos que tipo de personas necesitan de ayuda social, pero no pretendemos dar instrucciones sobre cómo resolver los problemas sociales porque no es nuestra tarea. Nuestro cometido es estar preparados para que cuando alguien llame a nuestra puerta pueda ser atendido acorde a sus necesidades y trazarle un recorrido individualizado para su caso.

Comienza un nuevo curso, ¿qué proyectos tiene Casa Caridad?

Una de las fortalezas que tiene nuestra Asociación es conocimiento, profesionalidad y entrega de nuestros trabajadores y voluntarios, que cuentan con la experiencia y la aptitud para desarrollar nuevos talleres y actividades para adecuar la atención que prestamos a las demandas sociales. Una de las iniciativas nuevas que pusimos en marcha el año pasado es el proyecto Fénix, una vivienda supervisada en la que conviven cuatro usuarios que han pasado con anterioridad por otros recursos de la ONG con el fin de que en un tiempo encuentren un alojamiento y unos ingresos que les permita ser independientes de la Asociación. Nuestra línea de trabajo es ampliar este tipo de recursos porque creemos que es un paso clave para que muchas personas puedan ganar en confianza e independencia para iniciar una nueva vida.

Mucha suerte y enhorabuena por su labor.