Pausado comienzo y estruendoso final
La novena mascletà del ciclo fallero corría a cargo de Pirotecnia Borredà, de Rafelcofer. Segundo domingo de marzo, con sol y con la plaza llena hasta los topes, la traca valenciana daba inicio a una disparà, que en líneas generales se presentaba con un diseño elaborado, tanto en sus partes tradicionales así como en las coreografías digitales que se han visto al principio y al final de la misma.
Los principios han comenzado por todo el perímetro con efectos pregunta-respuesta, con pitos y serpentinas desde los diferentes frentes de la plaza. Posteriormente el fuego se ha situado donde suele en la parte inicial de la mascletà, y ya de manera clásica se han sucedido dos secciones pausadas, la primera de ellas de truenos de aviso y agradables efectos de sirenas.
El fuego terrestre ha sido rápido y ha estado muy acompañado en todo momento, además, con volcanes de color, que iban dando vistosidad al fuego. La última retención iba doblada, lo cual consigue un efecto acústico mayor y el terremoto ha puesto punto final al aparato terrestre con su veloz tronar. Este ha sido potente y rápido y además se le ha enlazado el último fuego aéreo de manera correcta, solapándolo brevemente.
La rúbrica aérea final ha sido de lo más interesante, ya que en lugar de disponer de un bombardeo al uso seguido de efectos de serpentinas por el perímetro, esto se ha realizado al revés, tirando las serpentinas primero y los truenos de aviso segundo, ya que son más fuertes e intensos.
Y tras el bombardeo, sin más floritura, una volcanada de chicharras y un golpe de truenos redondo han puesto punto final al disparo. Se puede decir que ha sido una mascletà con toques de la pirotecnia actual (me refiero a los efectos digitales) pero con una gran intensidad y velocidad en su cuerpo.
