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Último pleno de la legislatura

Una nueva ordenanza de saneamiento prohíbe verter toallitas húmedas al inodoro

  • Aumentan los controles de vertidos en la red de alcantarilaldo

La nueva ordenanza de saneamiento incorpora importantes avances en materia de protección del medio ambiente y de la red de saneamiento de la ciudad, entre ellos la prohibición de tirar toallitas húmedas al inodoro, una práctica que atasca las tuberías porque no son eliminables por el sistema de depuración y suponen un grave gasto para las arcas públicas. Así se ha aprobado en el Pleno del Ayuntamiento celebrado esta mañana.

El texto introduce como principales novedades el incremento y el control y regulación también de otros vertidos de la red de alcantarillado, como los excedentes procedentes de excavaciones, achique de aguas, trituradoras de basura o desechos con coloraciones indeseables a fin de proteger el medio ambiente y la calidad de las aguas residuales. La normativa regula elementos de la red como las acometidas domiciliarias, así como un incremento en las medidas de seguridad de todos los trabajos que intervengan en la red de saneamiento, garantizando la eficiencia de las instalaciones y la protección de los trabajadores.

Por un lado, cabe destacar la protección sobre las aguas residuales, con el objetivo de mantener la eficiencia en la gestión de la red de alcantarillado y evitar perjuicios en los sistemas de depuración y el medio ambiente urbano. Para ello, la nueva Ordenanza contempla la ampliación en la relación de vertidos que directa o indirectamente no son permitidos, a fin de proteger la calidad ambiental en estos procesos. En este sentido, la Ordenanza se actualiza de acuerdo a la nueva legislación vigente, en concreto, la Ley 6/2014, de 25 de julio, de Prevención, Calidad y Control ambiental de Actividades en la Comunitat Valenciana, del mismo modo que se introduce la obligatoriedad de disponer de la acreditación ambiental ENAC (según la norma UNE-EN ISO/IEC 170025) a los laboratorios de análisis de vertidos.

Otro de los grandes avances de esta nueva Ordenanza supone la regulación de la ejecución subsidiaria en obras de saneamiento, un aspecto novedoso que permitirá al Ayuntamiento actuar en caso de daños ocasionados en la red de alcantarillado u obras que no se ajusten a la normativa, garantizando en estos casos una rápida intervención municipal, a fin de garantizar el adecuado funcionamiento de las redes de saneamiento y evitar posibles molestias a los vecinos. El procedimiento será el habitual en estos casos, respetando los plazos marcados por la normativa vigente, de modo que en caso de no actuación por parte de los responsables, será el Ayuntamiento el encargado de realizar estos trabajos, cuyos costes serán repercutidos con posterioridad a los responsables.

Por otro lado, el nuevo texto legal recoge la regulación de las acometidas domiciliarias de particulares o comunidades de vecinos, lo cual permitirá a los vecinos una mejora en sus propias instalaciones, evitando obras que no garanticen la calidad en el servicio ni su adecuación a la normativa vigente, ya que habrán de ser realizadas según la Normativa para Obras de Saneamiento de la ciudad de Valencia, que también ha sido modificada y actualizada.

Del mismo modo, y siguiendo la línea de protección y prevención de daños y riesgos sobre la red de alcantarillado y sus elementos, cualquier nueva obra municipal que intervenga o afecte a la red de saneamiento habrá de contar con el preceptivo informe previo de los servicios técnicos de saneamiento. De igual manera, se incorpora un nuevo artículo sobre la recepción de las obras de saneamiento, que permitirá incrementar la vigilancia sobre todas las obras de saneamiento de nueva construcción, del mismo modo que se requerirá la documentación homologada, no siendo recepcionada ninguna obra que no se adecue a la nueva normativa y no garantice la calidad exigible.

Asimismo, la normativa incluye el uso de sistemas de drenaje sostenible, un nuevo procedimiento de drenaje de aguas pluviales cuya práctica permitirá un aprovechamiento natural de este tipo de recursos hídricos a través de su filtración en el subsuelo. Estos nuevos proyectos incorporarán, en la medida de lo posible, las medidas para fomentar la infiltración en superficies como glorietas, medianas ajardinadas, alcorques o jardines, priorizando pavimentos permeables que permitan el aprovechamiento y reutilización del agua de lluvia, fomentando su uso en ámbitos de nueva urbanización y zonas de poca densidad de edificación.

La concejala delegada del Área de Medio Ambiente y Desarrollo Sostenible, Mª Àngels Ramón-Llin explicó tras la aprobación de la Ordenanza en la Junta de Gobierno Local el pasado 4 de marzo que Valencia “cuenta con una de las más avanzadas y eficientes redes de saneamiento de Europa. Hemos realizado grandes inversiones en los últimos años que nos han convertido en un referente internacional y nos han permitido optimizar nuestros sistemas mejorando la calidad de vida de los valencianos y la protección ambiental en el ciclo del agua urbano”.

Carta Verde Digital

El compromiso del ayuntamiento con el medio ambiente se completa con la aprobación, también en la sesión plenaria de esta mañana, de la llamada Carta Verde Digital, una iniciativa que tiene entre sus principales objetivos el uso de las nuevas tecnologías como herramienta para la hacer frente al cambio climático en las ciudades.

El proyecto, que cuenta con el respaldo de la Comisión Europea es una iniciativa de la red europea Eurocities -de la que también es miembro la ciudad de Valencia- que promueve la utilización de las nuevas tecnologías, especialmente las tecnologías de información y comunicación (TIC), maximizando su potencial de desarrollo para reducir las emisiones de gases contaminantes a la atmósfera.

Con esta adhesión, Valencia se compromete, junto al resto de ciudades firmantes, a trabajar conjuntamente en el uso de las TIC para la mejora de la gestión y de la eficiencia energética; desarrollar cinco proyectos piloto que mejoren estas áreas en los próximos cinco años, así como una disminución de la huella de carbono directa de las TIC en la ciudad un 30% en los próximos diez años.

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