Cuarenta años mejorando la vida de las personas a través de los objetos cotidianos

Una aplicación que escanea el cuerpo humano en 3D a través de un smartphone, un colchón que vibra si ve riesgo de muerte súbita en un bebé o una app que acierta con la talla de los niños sin probársela. Son grandes avances en los productos adaptados al comportamiento de las personas y que tienen marca valenciana. Concretamente del Instituto de Biomecánica (IBV), que cumple ahora cuarenta años.

Este centro tecnológico es todo un referente a nivel internacional, quizás más conocido fuera que dentro de nuestras fronteras. Y es que el IBV estudia el comportamiento del cuerpo humano y su relación con el entorno para mejorar el bienestar de las personas. Lo lleva haciendo cuarenta años y ha conseguido con ello grandes logros como su participación en la creación del conocido colchón contra la muerte súbita. Este avance introduce sensores textiles, vibradores diminutos y algoritmos en el producto para vigilar la respiración del bebé y reanimarlo si se para, pero sin despertarlo.

Son muchas las vertientes del instituto que aplica las mejores a objetos diarios y de diferentes tipos, desde la automoción, el deporte, pasando por el turismo, la salud laboral e incluso dirigido a personas, desde niños, personas mayores o rehabilitación.

Otro de sus grandes avances es el conocido como Ergo/IBV, la aplicación de referencia para técnicos de prevención y salud laboral en países de habla hispana estando ampliamente extendido en España y Latinoamérica. “Somos todo un referente internacional en el sector de la salud laboral”, explica Javier Sánchez, director gerente del centro, en una visita que ha realizado la directora general del IVACE, Júlia Company, a las instalaciones del centro.

De hecho, uno de los servicios demandados que ha adquirido mayor importancia durante los últimos años es el asesoramiento para la definición, diseño, construcción y puesta en marcha de laboratorios completos de Análisis de Movimientos, de Valoración de la Discapacidad, de Ergonomía del Puesto de Trabajo y de Diseño Funcional de Calzado.

Precisamente en el calzado ha investigado cómo debe de ser un zapato cómodo, sano y funcional dependiendo del usuario al que vaya destinado. Uno de los destacados es el zapato para los niños que pasan del gateo a los primeros pasos. Muchos de sus productos están disponibles en el mercado.

Recortes

Un centro de investigación que también ha sufrido los recortes en su sector. De hecho, tal y como explica Javier Sánchez, han sufrido una caída en ingresos y en personal, pasando del entorno a los 250 empleados que lograron ser en 2008 hasta los 150 que trabajan actualmente: “Hemos vivido épocas mejores pero este año ya volvemos a recuperar personal”.

Quizás es este el motivo por el que el instituto tiene gran parte de la financiación del exterior, siendo un 60% privada, por lo que trabajan mucho bajo contrato de empresas y colaboraciones.