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La Biblioteca Valenciana homenajea a las mujeres que sufrieron el exilio intelectual dentro y fuera de España

La Biblioteca Valenciana homenajea a las mujeres que sufrieron el exilio intelectual dentro y fuera de España

    La Biblioteca Valenciana homenajea a las mujeres que sufrieron el exilio intelectual dentro y fuera de España en la exposición temporal que en esta ocasión dedica a Guillermina Medrano, maestra que tuvo que exiliarse en 1939, y María Moliner, lingüista y bibliotecaria que fue cesada de sus responsabilidades laborales al finalizar la Guerra Civil española.

    La exposición de la Biblioteca Valenciana, que estará abierta al público hasta el mes de junio, recoge documentos sobre libros que en el ámbito de su profesión escribieron estas dos mujeres, así como sus reflexiones sobre la situación social y cultural de España, actividades desarrolladas en favor de la democracia, discursos e incluso correspondencia con los intelectuales del momento y con personas que permanecían en campos de concentración.

    Junto a los fondos bibliográficos de Medrano y Moliner, se expondrán otros documentos que pertenecen a archivos y bibliotecas personales de exiliados valencianos. Se trata de intelectuales de gran prestigio que mantuvieron vivo el vínculo con su tierra y quisieron enriquecer el patrimonio cultural donando a la Biblioteca Valenciana su legado. La Biblioteca comenzó la biblioteca del exilio republicano valenciano cuando en 1995 Guillermina Medrano y su marido Rafel Supervía donó el material acopiado durante su exilio.

    Cursó estudios de Magisterio y de Filosofía y Letras. Como maestra fue una seguidora de lGuillermina Medrano como maestra fue una seguidora de las ideas de la Institución Libre de Enseñanza. Militante del Partido Republicano Radical Socialista, en las elecciones de febrero de 1936 formó parte de la lista electoral de Izquierda Republicana al Ayuntamiento de Valencia y fue la primera mujer concejala.

    Contrajo matrimonio con Rafael Supervía, presidente provincial de Izquierda Republicana, en donde fundó el Comité Femenino y del que fue presidenta en Valencia. Al terminar la guerra, salió hacia el exilio en Francia donde pudo reunirse en Francia con su marido, Rafael Supervía, y juntos partieron hacia Ciudad Trujillo (Santo Domingo).

    Por su parte, María Moliner fue una de las primeras mujeres universitarias españolas. En 1922 ingresó, por oposición, en el cuerpo facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Arqueólogos. A principios de los años treinta se traslada a Valencia donde escribió unas instrucciones para el servicio de pequeñas bibliotecas (que se publicaron sin nombre de autor en Valencia, en 1937).

    En septiembre de 1936 comenzó a dirigir la Biblioteca universitaria, pero a finales de 1937 deja el puesto para dedicarse a la dirección de la Oficina de Adquisición y Cambio Internacional de Publicaciones y para trabajar como vocal de la Sección de Bibliotecas del Consejo Central de Archivos, Bibliotecas y Tesoro Artístico. Al término de la Guerra Civil es depurada y sufre la pérdida de 18 puestos en el escalafón del Cuerpo Facultativo (que recuperará en 1958). En 1946 pasará a dirigir la biblioteca de la E. T. Superior de Ingenieros Industriales de Madrid hasta su jubilación, en 1970.

    Redactó durante muchos años el "Diccionario de uso del español", que apareció en dos volúmenes en 1966 y 1967. Es uno de los repertorios lexicográficos más importantes del español. la Real Academia Española, si bien en el último momento no fue elegida.

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