Cañizares: “Ni muchísimo menos podemos quedarnos de brazos cruzados"
El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, aseguró anoche ante cientos de jóvenes que participaron en la vigilia de oración en la Basílica de la Virgen del mes de diciembre, que “no podemos quedarnos con los brazos cruzados, ni muchísimo menos, ante una humanidad desesperanzada y sin horizontes” y añadió que “es muy urgente llevar la esperanza que trae Jesucristo para que la humanidad vuelva a ver camino de futuro” y “sois vosotros los que tenéis que llevarla”, les dijo.
Según el purpurado, la esperanza de felicidad, de paz, de un mundo nuevo y distinto, “no está en grupos políticos o en ideólogos, que vienen con tantas promesas de que van a cambiarlo todo”, sino en Jesucristo que enseñó que “el cambio no está en mandar, en poder, sino en servir”. De hecho, “cuando se acoge a Jesús se es capaz de vivir haciendo el bien, estando pendiente de los que sufren, aportando libertad a los otros”, precisó
Por todo ello, el cardenal exhortó a los jóvenes, ante la realidad de “un mundo al que le falta Dios, y por eso camina donde camina, equivocadamente”, a que “no os desaniméis, probad y veréis que no hay más esperanza que Él, dejad que sea Él el que tome posesión de vuestras expectativas”.
Además, “hay muchas cosas que necesitamos enderezar en nuestra vida, cambiar, convertirnos”, y animó a aprovechar este tiempo de Adviento para ello. “Os pido que abráis vuestro corazón a Jesús porque el afán de dominio que tenemos, de estar por encima de los demás, está superado en Él y hay que dejarle espacio a que pueda venir en la sencillez y en la confianza”, aseguró el cardenal Cañizares.
Finalmente, el purpurado aseguró a los jóvenes que “más no puede hacer Jesús de lo que ha hecho por nosotros, se lo ha jugado todo, nos quiere verdaderamente, y en El está toda la esperanza, una alegría que no se cambia por nada, porque sabemos que nos ama hasta el extremo”.
Oración por los cristianos perseguidos en Irak
Tras la catequesis del cardenal Cañizares, y la adoración ante el Santísimo, numerosos jóvenes intervinieron espontáneamente con plegarias en público, entre ellas, por “todos los cristianos perseguidos en diferentes países del mundo, especialmente en Irak, y por los que se juegan la vida por ir a misa o tener un rato de oración como éste”.
