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El Ayuntamiento ofrece consejos para comprar con responsabilidad en Navidad

    La delegación de Consumo y Relaciones con los Consumidores, ante la proximidad de las fiestas navideñas, quiere que los consumidores de la ciudad de Valencia tengan presentes una serie de recomendaciones para proteger sus intereses económicos ante los gastos que habitualmente conllevan las celebraciones en estas fechas.

    Las fiestas navideñas, con los consiguientes encuentros familiares y la compra de regalos, suponen un esfuerzo económico extra para las familias. Esto plantea un reto para cualquier consumidor responsable interesado en conseguir pasar unas fiestas placenteras sin que los gastos extraordinarios repercutan excesivamente en el bolsillo.

    Al mismo tiempo, en esta época del año aparecen numerosas ofertas presentadas de forma tan atractiva que difícilmente permiten comportarse de forma reflexiva, invitando a la compra o consumo compulsivo.

    Lourdes Bernal, Concejala de Sanidad y Relaciones con los Consumidores, advierte que “en Navidad, los hábitos de los consumidores sufren importantes cambios porque se tiende a comprar más que durante el resto del año.” “Además”, ha añadido, “las estrategias comerciales se basan en campañas publicitarias muy agresivas que contribuyen a llenar más de la cuenta nuestro carro de compra. Es cierto que no existe una fórmula mágica para conseguir ahorrar en estas fechas, ya que aprovechamos para darnos un capricho extra, pero sí podemos ofrecer una serie de consejos para racionalizar el gasto y mantener una conducta de consumo responsable”.

    Por todo esto, desde la Delegación de Consumo y Relaciones con los Consumidores se aconseja, en primer lugar, prevenir y planificar los gastos navideños; es decir, conocer de antemano cuáles van a ser nuestras necesidades y hacer una programación adecuada a nuestro presupuesto, tanto de las compras como de la obtención de la información necesaria para poder elegir la opción más interesante. Ello supone no dejar todas las compras para el último día y buscar los momentos más adecuados para poder disponer de tiempo y comprar reflexivamente.

    Por otro lado, se recomienda no realizar la compra en el primer establecimiento que encontremos. Es preferible visitar varios comercios y comparar precios y calidades, así como asegurarse de las condiciones de compra y devoluciones. Es necesario tener presente que el derecho de desistimiento únicamente es obligatorio en las compras a distancia y fuera del establecimiento comercial. En los demás casos es siempre a voluntad del comercio, si lo incluye en sus condiciones de venta o en su publicidad. Por otra parte no debemos confundirnos con el derecho a reclamar porque el producto presente un defecto o falta de conformidad. En este caso rige la garantía y el consumidor puede elegir entre la reparación o la sustitución.

    La conservación de todos los justificantes de compra es necesaria en la medida en que es imprescindible en el caso de que aparezcan defectos o faltas de conformidad con posterioridad a la compra, para ejercer nuestro derecho a la garantía. El tique es la prueba de compra, y en él debe constar la identificación del producto, el nombre, domicilio y CIF del vendedor, la fecha, el precio y el IVA aplicado o la expresión IVA incluido.

    En cuanto a los menús navideños, hay que tener en cuenta que no siempre lo más caro es lo más aconsejable ni desde el punto de vista dietético ni del gastronómico. Se pueden elegir menús con ingredientes económicos y elaboración imaginativa para obtener unos resultados iguales o mejores que acudiendo a productos selectos de precios muy elevados. Es aconsejable considerar la compra de alimentos envasados o congelados que, además de contar con toda la garantía sanitaria, nos pueden permitir disponer de tiempo suficiente para organizar las comidas sin prisas y a un precio más reducido. Hay que recordar comprobar la fecha de caducidad de cualquier producto que se adquiera.

    Se recomienda no permitir que la publicidad anule el buen juicio. En fechas navideñas se incrementa el bombardeo publicitario que recibe el consumidor, pudiendo llegar a confundir o desviar de la intención inicial a la hora de comprar o contratar un servicio. Por eso es conveniente dar preferencia a la publicidad que aporte información sobre el producto o servicio más que a aquella que se limita a repetir eslóganes llamativos e impactantes que buscan el impulso inmediato y causan confusión.

    Por otra parte, los derechos de los consumidores no han de sufrir ningún menoscabo por las fechas en que estamos. Los comercios han de anunciar sus precios de forma clara y visible, sin inducir a confusión, han de disponer de hojas de reclamaciones oficiales y respetar el derecho de garantía establecido por la normativa vigente.

    Asimismo, hay que ser prudentes en la compra por Internet. Hay que asegurarse de que se realizan en un sitio seguro (https://www), leer las condiciones de venta y de entrega de la página web, guardar e imprimir los comprobantes asegurándose de que la cantidad cobrada es la correcta y estudiar sobre todo las condiciones de devolución. Considere que puede estar comprando a una empresa situada en otro país, con normas legales distintas a las españolas e incluso a las de la Unión Europea. En la página web debe aparecer obligatoriamente las condiciones legales de la contratación así como el nombre de la empresa y su dirección completa.

    En relación a la juguetería, hay que señalar que es preferible comprar pocos juguetes, pero bien escogidos y variados; no hacer distinciones en razón del sexo; procurar que sean adecuados a la edad del destinatario; que sean productos que permitan emplear la imaginación y la creatividad, favorezcan la adquisición o el desarrollo de habilidades y destrezas propias de la edad, permitan la colaboración entre diversos jugadores y lleven al conocimiento del entorno, de la propia cultura y lengua.

    Asimismo, se aconseja dar mucha importancia a la seguridad, es decir, comprar siempre los juguetes con la marca CE y con todas las indicaciones de uso en especial las de la edad de los niños que los han de utilizar. Además, hay que consultar a los símbolos (código PEGUI) de los videojuegos, que deben aparecer en el etiquetado y que advierten de la edad recomendada para el usuario y del contenido más o menos violento del juego.

    No hay que olvidar que tras las celebraciones navideñas llegará la temporada de rebajas de invierno, otro momento crítico para los consumidores, en la que son plenamente aplicables los consejos expuestos y en la que es preciso tener en cuenta que las rebajas no deben suponer una merma en la calidad de los productos ni una disminución de los derechos que asisten a los consumidores y usuarios en cuanto a información, garantías, medios de pago o procedimientos de reclamación.

    En caso de duda ante una situación en la que se considere que se vulneran los derechos del consumidor, los ciudadanos se pueden dirigir a la Oficina del Consumidor (OMIC).

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