Juan Ponce: “Fabra ha convertido el metro de Valencia en el más vergonzoso de Europa”

Vagones abarrotados, carreras por escaleras y andenes, usuarios enfadados golpeando puertas y convoys mientras un tren les deja atrás... Todas estas son estampas habituales que se pueden contemplar a diario en las estaciones de la red de Metrovalencia como resultado de la escasa frecuencia de paso de sus trenes y que generan que la pérdida de un tren pueda suponer retrasos muy importantes para los ciudadanos.

Pero si esta situación ya es de por sí anómala, se torna especialmente gravosa en verano, cuando excusándose en una disminución de su uso, la Generalitat valenciana reduce notablemente el servicio. Este 2014, entre mediados de junio y mediados de septiembre. “Esta dinámica contra el transporte público, sus usuarios y sus trabajadores se ha de frenar”, denuncia el portavoz de infraestructuras y transporte de Compromís en Les Corts, Juan Ponce, que exige al gobierno de Alberto Fabra y a su responsable del área de transporte, la consellera Isabel Bonig, “la anulación inmediata de los horarios de paso estivales y el aumento de las frecuencias de manera generalizada”.

“El recorte del servicio durante tres meses no está justificado, y lo padecen todos los usuarios que acuden en metro al trabajo, pero no solo ellos. También los ciudadanos que lo usan en su tiempo de ocio o los turistas que visitan Valencia y su entorno por estas fechas no solo lo sufren, sino que se llevan una imagen deplorable de la ciudad en este sentido”, señala Ponce, subrayando la diferencia entre el metro valenciano y los de las principales capitales del mundo.

“Se les llena la boca de victimismo y de presuntas afrentas de enemigos imaginarios, pero donde deben dar la batalla hacen el ridículo. ¿Por qué los metros de Madrid o Barcelona pasan cada 3 o 4 minutos y los de Valencia cada 7 o 20, torturando a sus usuarios? Por la inutilidad de Bonig, Fabra y sus predecesores. Ellos sí son los enemigos reales de los valencianos”, concluye Ponce, aludiendo a las frecuencias habituales de circulación de líneas como la que une —sin salir de Valencia, fuera aún son mayores— el Grao con Torrefiel.

El diputado verde recuerda también que el menosprecio del Consell al transporte público y sus usuarios es una dinámica que se remonta al gobierno de Francisco Camps, con quien, entre 2003 y 2010, los valencianos perdieron 375,3 millones de euros en subvenciones al transporte público por la falta de un contrato-programa de la Generalitat con el Gobierno central.

“Fabra y Bonig venden la reducción de frecuencias como un ahorro pero lo cierto es que su mala gestión nos sale cara a todos. A los usuarios, porque padecen un servicio mediocre; a los ciudadanos, porque por ser tan malo, carecen de un servicio público por el que están pagando y además deben hacer un gasto adicional para desplazarse; a los trabajadores y ex trabajadores, porque la baja de productividad pone en riesgo y acaba con puestos de trabajo en lugar de generarlos; y a Valencia como ciudad, porque da una imagen deplorable de sus infraestructuras en comparación con las ciudades de referencia europeas”, sentencia Juan Ponce.

Pese a todo, el portavoz de infraestructuras y transporte de Compromís en Les Corts introduce una nota al optimismo: “afortunadamente Fabra y los suyos tienen los días contados al frente de la Generalitat, y revertir la situación tras su marcha será solo cuestión de voluntad política; y en Compromís la tenemos”.