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Rodeado por la huerta valenciana, abrazado por la ciudad y con vistas al mar

  • Se ha presentado el libro “Universidad y territorio”, de Carmen Blasco y Francisco J. Martínez, que recorre la historia del campus de Vera desde 1971 hasta la actualidad

  • En el acto han intervenido el rector de la UPV Francisco Mora y los vicerrectores de Infraestructuras de los diferentes equipos de gobierno

Hoy se ha presentado en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universitat Politècnica de València el libro “Universidad y Territorio. Estudio urbanístico del campus de Vera”, obra de los profesores Carmen Blasco y Francisco Juan Martínez. El acto ha contado con la intervención de los diferentes responsables de la gestión en infraestructuras en la UPV desde que se fundó la institución a principios de la década de los 70.

El primero en tomar la palabra ha sido el rector Francisco Mora, que ha querido destacar que “hoy por hoy, el campus de Vera se ha convertido en un lugar maravilloso, inmerso en mitad de esa joya que es la huerta valenciana, y perfectamente conectado. Es un espacio bien equipado, que permite las interacciones y los puntos de encuentro entre los diferentes miembros de la comunidad universitaria. El campus ha avanzado mucho en este casi medio siglo de vida: se ha hecho mucho más amable y habitable.”

De los primeros cimientos a la inauguración de la CPI
Emilio Barberá y Antonio Hospitaler, responsables de Infraestructuras de la UPV en los años 90 –una década muy significativa– han recordado cómo era trabajar con una secretaria, un arquitecto y dos estudiantes, “un equipo increíblemente reducido para lo que era entonces el cuerpo a cuerpo de la gestión en instalaciones y servicios y la lista inacabable de peticiones”.

Ambos ex vicerrectores han destacado la continuidad entre los equipos de gobierno de la Universitat Politècnica de València, “un hilo conductor que ha hecho posible enfrentarse a los infinitos problemas de una manera muy organizada”. Barberá y Hospitaler han repasado algunos de los hitos de la historia del campus: el paso de las acequias, el desbroce de los descampados, los accesos laberínticos, la eliminación de las líneas aéreas entre edificios, la muy anhelada apertura de la calle Ramón Llull, las obras de la piscina o el concurso para construir la Ciudad Politécnica de la Innovación, entre otros.

En el acto, los ponentes han comentado los aciertos y los errores de su gestión. Antonio Hospitaler, por ejemplo, ha confesado que lamentaba haber demolido los últimos vestigios de una barraca valenciana en ruinas que quedaba en medio del campus. “Y me dolieron mucho los 25 millones de euros actuales que invertimos en construir plazas de aparcamiento, una decisión cuestionable que, en mi opinión, compete más al gobierno municipal que a una universidad”, ha añadido.

Harvard y Regina, como modelos
El libro, publicado por la Editorial UPV, recoge abundante material gráfico: imágenes de los primeros años –cuando aún se llamaba Instituto Politécnico Superior de Valencia–, maquetas, mapas, croquis… A la hora de acometer la publicación, los autores tomaron como modelo dos referencias: los completísimos estudios realizados sobre Harvard y la universidad canadiense de Regina, que presentan un análisis integrador de la realidad física del campus.

Carmen Blasco ha explicado que “en la actualidad, un campus es un ámbito urbano ejemplar, que carece de los problemas que plantea un típico casco urbano y, por lo tanto, es más sencillo de modelar. La gobernanza de una universidad es más saludable y, en ella, no median los intereses partidistas. Por eso se han convertido en un espejo en el que se miran las grandes compañías, que ya no quieren asentarse en polígonos industriales ni en parques empresariales, sino que imitan las propuestas de los campus universitarios.”

Francisco Juan Martínez, por su parte, ha comentado que “el estudio no es solo un recorrido por la historia de la UPV. En estas páginas se recogen también varios bocetos y propuestas de intervención no ejecutadas. Aún hay muchos asuntos pendientes: es necesario solucionar los problemas de movilidad y la escasez de alojamientos –temas que en la universidad española están muy olvidados– y es imprescindible reflexionar sobre la relación del campus de Vera con la ciudad y con la huerta, sobre la realimentación que se produce entre los tres espacios, y estudiar si es posible armonizar los intereses de cada ámbito.”

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