Cientos de integrantes de asociaciones y movimientos de laicos participan en la Catedral de Valencia en la Vigilia de Pentecostés
Con motivo del Día del Apostolado Seglar y presidida por el Arzobispo
Cientos de personas, integrantes de diferentes asociaciones y movimientos de laicos, han participado en la Catedral de Valencia en la tradicional Vigilia de Pentecostés, presidida por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, con motivo de la conmemoración este domingo de esta fiesta, en la que también se celebra el Día de la Acción Católica y del Apostolado Seglar.
En la Vigilia, que se ha desarrollado en la Seo, y organizada por la comisión diocesana de Laicos, el Foro de Laicos y la Vicaría de Evangelización, han participado representantes y miembros de las más de noventa asociaciones que integran el Foro de Laicos del Arzobispado de Valencia, así como de asociaciones y movimientos de laicos, cofradías y fieles valencianos.
En Pentecostés “se cumple la promesa de Jesús de la venida del Espíritu Santo, verdadero protagonista de la solemnidad que conmemoramos ese día y el que nos da fuerza para ser verdaderos testigos de Jesucristo”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN Eduardo Osca, presidente del Foro.
La transmisión de la fe cristiana “no se concibe sin la acción del Espíritu Santo por lo que esta celebración de Pentecostés nos sirve para crecer en la conciencia de la eficacia de la acción del Espíritu Santo”, ha añadido.
Las entidades cristianas que forman parte del Foro de Laicos centran su labor, en la actualidad, en las áreas de familia, enseñanza, juventud, religiosidad popular, acción católica, acción social, sanidad, mundo obrero, mayores y apostolado en general.
Previamente a la eucaristía en la Catedral, el salón de actos de la Vicaría de Evangelización del Arzobispado, ubicado en la calle Avellanas, 12, ha acogido una charla y reflexión sobre Pentecostés a cargo del sacerdote Miguel Payà, profesor de la Facultad de Teología.
La liturgia de la Vigilia de Pentecostés data de la época romana y, aunque se celebraba tradicionalmente el sábado por la mañana, “desde hace treinta años, tiene carácter vespertino o nocturno”, según han señalado fuentes de la comisión de Liturgia del Arzobispado.
