La alcaldesa reconoce la labor de los cofrades por mantener la Semana Santa Marinera
El Colegio Chiner, donde está el paso de Misterio de la Coronación de Espinas; el bajo de la calle Vicente Ballester, 23, dond se expone la Dolorosa del Grao y el Ecce-Homo del Cabanyal y la realización del primer encuentro entre el Cristo de los Afligidos y la Virgen de los Angustias con motivo del 50 aniversario de la fundación de la hermandad titular de ésta última. Estos son los lugares donde estuvo la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, y el séquito de su equipo de gobierno y asesores en la ya habitual visita de la primera autoridad municipal a la Semana Santa Marinera.
Barberá, con cargos honoríficos en la Cofradía de Jesús de Medinaceli y en la Real Cofradía de Jesús en la Columna, reconoció el esfuerzo de los cofrades por mantener la celebración festivo religiosa de los Poblados Marítimos que ella ha visto año tras año.
El primer lugar donde estuvo la alcaldes se quedó maravillada al contemplar el paso del escultor sevillano Juan Manuel Miñarro que ha hecho del momento de la Coronación y realizando una figura basada en la que salió del estudio de la Sábana Santa. Barberá reconoció y alabó el esfuerzo de una hermandad que en apenas pocos años tiene ya su paso y un buen número de cofrades consolidando la entidad. Ella recibió un cuadro del colectivo del Cabanyal.
Y de ahí marchó andando por las calles del Cabanyal hasta donde estaba el facsimil de la Dolorosa del Grao y el del Ecce-Homo. Un buen séquito la esperaba: el presidente de la cofradía de granaderos, José Orero, y varios directivos junto a cofrades del Ecce-Homo mientras el presidente de la misma entidad y de la junta mayor, Paco Carles, contemplaba con orgullo a sus cofrades. Allí la alcaldesa recibió la insignia de ambos colectivos y marchó a contemplar un encuentro que hasta la fecha nunca se había hecho.
El Encuentro de la Virgen de las Angustias y del Cristo de los Afligidos, el primer paso empujado por sus portadores y el segundo llevado al pecho de sus devotos, tuvo lugar en el cruce de las calles Mediterráneo y Barraca. Tuvo lugar bajo el paraguas del aniversario de la hermandad que salió de gentes de sectores portuarios y salió a la calle por vez primera en un Lunes Santo de 1964. Éste ha sido el arranque pero, verdaderamente, vale la pena repetirlo por la plasticidad, mejorable, el hecho de escuchar al coro gregoriano en la oscuridad de la noche de los Poblados Marítimos.
Policías Nacionales escoltaron al crucificado y patrón del Canyamelar, con su “ escolta “ el poeta Donís Martín, con un río de gentes devotas detrás mientras en la parte de las Angustias, en su procesión de la Solidadridad su clavario, José Manuel Romeu, andaba presto a ver todo lo que ocurría.
