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La Beneficència recrea el Día de difuntos de los pueblos de México

La Beneficència recrea el Día de difuntos de los pueblos de México
  • El Museu Valencià d’Etnologia y la Asociación Cuauhtémoc presentan la particular forma mexicana de celebrar la célebre jornada

El Museu Valencià d’Etnologia y la Asociación Cuauhtémoc, Comunidad de Mexicanos en Valencia, han organizado el ciclo “Los pueblos de México en el Día de difuntos”.
Durante tres días, La Beneficència acogerá diversas actividades en torno a la celebración de la jornada al estilo mexicano.
Desde la noche del jueves día 31 de octubre hasta el domingo 3 de noviembre el Museu Valencià d’Etnologia ha preparado una programación especial que recrea la celebración de la Noche y el Día de Difuntos en México.

Esta celebración adopta diferentes manifestaciones: construcción de altares para rememorar a los difuntos, construcción de calaveritas para los más pequeños (que pueden presentarse como caramelos, golosinas o dulces), manifestaciones musicales y danzas. Una muestra de todo ello se podrá ver este fin de semana en el Museu Valencià d’Etnologia.
En muchas sociedades el fenómeno de la muerte de los seres queridos se manifiesta de una forma diferente. En el mundo anglosajón, por ejemplo, familiares y allegados toman un tentempié después de un funeral.

Esta costumbre, antiquísima, hunde sus raíces en una de las creencias más atávicas, constantes y reincidentes de la Humanidad: que la persona no desaparece con la muerte, sino que inicia un tránsito hacia otro lugar, sea éste el Aaru o Campiña egipcia, el Hades o los Campos Elíseos griegos, el Walhalla nórdico, el Cielo y el Infierno cristianos o el Paraíso de los creyentes musulmanes. Y que para ese viaje iniciático hacían falta vituallas, víveres, provisiones.

Al otro lado del Atlántico, en México, se instalan altares domésticos en honor de los muertos de la familia o de algún personaje importante, con plataformas consecutivas en las que se depositan ofrendas florales y alimentos.

Curiosamente, esta tradición mexicana tiene su similitud con los panellets', 'fogasses', huesos de santo, 'coques de carabassa', 'de panses i nous' o frutos secos que son degustados la Noche de Todos los Santos. Manjares propios del invierno que se acerca. Porque también aquí —costumbre que se ha perdido— se tomaban refrigerios y colaciones después del enterramiento. Y es en el momento de la cena cuando las campanas tañen pidiendo oraciones para las almas de los difuntos.

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