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El cardiólogo Ramón Brugada asegura que “en 20 años se han descubierto un centenar de genes y enfermedades asociadas a la muerte súbita”

  • El Director del Centro de Genética Cardiovascular de Girona, en los cursos de verano de la UCV

El cardiólogo Ramón Brugada, director del Centro de Genética Cardiovascular de Girona, ha señalado hoy que hace 20 años, cuando los Juegos Olímpicos de Barcelona, “no se sabía absolutamente nada de las enfermedades genéticas asociadas a la muerte súbita” y, en cambio, “desde entonces se han conseguido descubrir más de un centenar de genes y nuevas enfermedades asociadas a la muerte súbita en el joven”.

Brugada ha pronunciado la conferencia titulada 'Enfermedades genéticas y muerte súbita. ¿Son los genes la bola de cristal para predecir la muerte súbita', en el marco del curso de verano que organiza la Universidad Católica de Valencia 'San Vicente Mártir' en el Seminario Monte Corbán, en Santander.

El Centro de Genética Cardiovascular de Girona ha realizado más de 3.800 estudios genéticos en sus cuatro años de funcionamiento, lo que ha permitido iniciar 15 investigaciones sobre la muerte súbita. Según su director, “ciertamente, los genes no son la bola de cristal, pero son un complemento más a todo el proceso de investigación clínica”, que se realiza ante la muerte súbita.

Brugada ha manifestado que no hay que olvidar que la enfermedad genética significa que “es una enfermedad que está presente en la familia y que, por lo tanto, puede haber otros familiares en riesgo de muerte súbita, por lo que es muy importante hacer una valoración clínica de estos casos”.

Hábitos saludables
Brugada ha alertado de la necesidad de tomar conciencia sobre los hábitos de salud, dado que “el 80 por ciento de las muertes súbitas cardiacas son causadas por enfermedad coronaria, el típico infarto de miocardio”.

Al respecto, ha recordado que “la obesidad infantil está aumentando y eso significa que tendremos más enfermedad coronaria a unas edades más tempranas y, por lo tanto, tendremos muerte súbita por enfermedad coronaria antes”. “Hace 10 o 20 años era muy difícil ver un infarto de miocardio antes de los 40 años y ahora ya los vemos”, ha puntualizado.

Igualmente, Brugada ha destacado la necesidad de realizar “deporte con seguridad” y que los niños que se inician en el deporte cuenten con un certificado médico “que no sea un acto burocrático, sino que se haga con un electrocardiograma porque nos ayuda a identificar enfermedades genéticas”. Al igual que las personas que partir de los 30 años vuelven a hacer deporte después de tiempo o deportistas que practican de forma regular actividad física, también deben someterse a un reconocimiento médico.

Otro de los aspectos que ha destacado Ramón Brugada es que, en la actualidad, “si una persona pierde el conocimiento por esta circunstancia en la calle, las probabilidades de que salga con vida del hospital son del 2 por ciento”. Por este motivo, ha aconsejado la instalación de desfibriladores en barrios y zonas deportivas.

Desfibriladores en la UCV
Precisamente, la Universidad Católica de Valencia es espacio cardioprotegido, desde el pasado curso, tras la instalación de 21 desfibriladores semiatomáticos (DESA), otros 5 semiautomáticos portátiles y la formación de más de 65 de sus trabajadores y personal de seguridad que presta su labor en los diferentes campus.

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