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La Universitat propone un plan integral para el Cabanyal-Canyamelar, desde una “visión multidisciplinar” y con “participación ciudadana”

    La Comisión de la Universitat de València para el estudio del Cabanyal-Canyamelar propone la elaboración de un Plan Integral Socioeconómico, que debería plantearse “desde una visión multidisciplinar, en donde la participación ciudadana fuese un eslabón fundamental en su redacción”. La propuesta integra el informe elaborado por la comisión, y hoy ha sido analizado en el Consell de Govern de la institución.

    El informe ha sido presentado por el presidente de la comisión, el vicerrector de Participación y Proyección Territorial, Jorge Hermosilla. De acuerdo con los datos incluidos en el documento, el Cabanyal-Canyamelar es un barrio en regresión demográfica (en los últimos cuarenta años la población ha disminuido un 35%), envejecido ( el índice de envejecimiento es de 150, cuando en el conjunto de la ciudad es de 121,7, con una gran cantidad de unidades mononucleares (como consecuencia del proceso de envejecimiento), terciarizado, (atrás quedaron las labores tradicionales ligadas a la pesca y al puerto), y con una población muy arraigada al barrio y a la ciudad (mayoritariamente nacidos en la ciudad o en el mismo barrio).

    Según el informe, “la sociedad local del Cabanyal-Canyamelar se encuentra hoy por hoy en un escenario condicionado por la discusión y la división interna. De alguna manera, como apuntan algunos de los entrevistados, padece una crisis de identidad que se debe al abandono de las actividades tradicionales o al proyecto de prolongación del Paseo del Mar que afecta directamente al Cabanyal”. En esta línea, se afirma, “el proyecto de prolongación del Paseo del Mar ha originado una división interna de la sociedad local, pues se entremezclan diversas circunstancias: derribos de viviendas, oportunidad de negocio, viviendas deshabitadas, ocupación ilegal de las mismas, movimientos alternativos...El descontento social es evidente”.

    La comisión explica: “El proyecto de la prolongación no ha constituido hasta la fecha un aliciente socioeconómico (ni urbanístico) para el barrio, dada la paralización acontecida en los últimos años. La aprobación del PEPRI y la compleja y prolongada controversia judicial a la que ha dado lugar han acabado convirtiéndose objetivamente en una rémora para la regeneración urbanística del barrio”.

    Así, concluyen los expertos, “no hay un diseño global del barrio desde el punto de vista social y económico, un proyecto común consensuado entre las diferentes partes”. “Es evidente que una consecuencia de la situación actual que experimenta el Cabanyal‐Canyamelar es el proceso de degradación paisajística y percepción de abandono.

    El Plan Integral Socioeconómico propuesto por la comisión debería solucionar el proceso de degeneración de viviendas mediante programas de desocupación de las viviendas ocupadas ilegalmente por diversos colectivos, así como programas de atracción de nuevos residentes. Asimismo, tendrían que ponerse en marcha acciones de rejuvenecimiento del barrio (alquileres, viviendas compartidas con personas mayores…), y una mejora de los servicios y espacios públicos ofertados en el barrio.

    También se considera necesaria la mitigación de la crispación social experimentada por un sector de los vecinos del barrio en los últimos años.

    La contribución de la Universitat de València a la revitalización del barrio, según el documento, se debería centrar en determinadas acciones que caracterizan la labor de la actividad universitaria. Entre ellas, la realización de estudios especializados, abordados por investigadores de las diversas disciplinas; líneas de actuación, correspondientes a la vertiente aplicada de las investigaciones universitarias; programas y acciones conjuntos desde las universidades públicas de la ciudad…

    Las acciones académicas/universitarias dirigidas al barrio se pueden centrar, según la comisión, en experiencias de las prácticas de estudiantes, los proyectos de investigación en sus diversas tipologías (I+D+I, contratos, convenios, etc.), los cursos y seminarios de formación, exposiciones… Asimismo, la Universitat de València, al igual que la UPV, podrían realizar una “deseada labor de intermediación entre las partes litigantes”. En esta línea se afirma: “Es necesaria la reducción del grado de crispación social y de la misma manera la consecución de una solución consensuada para el futuro del barrio”.

    El documento asegura que las líneas de actuación que podría acometer la Universitat en el barrio del Cabanyal‐Canyamelar son:

    “1. Asesoramiento técnico desde los departamentos e institutos universitarios, principalmente a los responsables en la toma de decisiones.

    2. Colaboración técnica con los profesionales de las diversas áreas que ejercen sus funciones en el barrio. Sería conveniente plantear proyectos de convocatoria pública en el contexto de la I+D+I.

    3. Apoyo a iniciativas de la implantación de Residencias universitarias, que permitiría el rejuvenecimiento temporal e inmediato del barrio. El volumen de estudiantes que año tras año se matriculan en las universidades públicas, entre ellos varios miles de estudiantes de intercambio del programa Erasmus, constituye un excelente atractivo para que se diseñen fórmulas de colaboración con empresas locales del barrio. Se estudiarán fórmulas que garantizasen viabilidad y calidad del servicio.

    4. La organización de talleres, seminarios, exposiciones, etc. que pretendan la dinamización social y cultural del barrio. Las posibilidades de colaboración e intervención son numerosas. Sería suficiente coordinar diversas acciones de la propia Universitat y diseñar una programación consensuada con los actores locales del barrio.

    5. En ese sentido se entiende que la materialización de un proyecto museístico que aprovechase el legado cultural, arquitectónico y artístico que ofrece el barrio y su paisaje, sería factible y conveniente. La creación de un Museo Abierto facilitaría el conocimiento del barrio, le otorgaría un valor añadido y diferencial respecto a otros, y constituiría un reclamo más para su visita y conocimiento.

    Como dato, el documento constata que en la actualidad unos 700 universitarios residen en el barrio: 646 estudiantes y 43 profesores.

    Diferentes miembros del Consell de Govern han felicitado a los expertos por su trabajo en la comisión, y han pedido que las propuestas estén acompañadas de inversiones concretas en el barrio.

    Pésame institucional
    Por otra parte, en su informe, el rector Esteban Morcillo ha expresado el pésame institucional por la muerte reciente del profesor de Medicina Antonio Sabater Pons, y del jefe de la unidad de apoyo a la investigación, Vicent Balbastre. Dos personas, ha dicho el rector, muy queridas en la institución.

    Uno de los puntos más destacados del orden del día, la aprobación del Protocolo contra el Acoso Sexual, ha quedado aplazado hasta al próximo Consell de Govern para completar su regulación jurídica, tal como habían solicitado el profesor de Derecho José Landete y el decano de la Facultat de Dret, Salvador Montesinos.

     

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