Los 1.400 belenes benéficos elaborados con materiales de desecho por fray Conrado se agotan en siete días
El Arzobispo visitó ayer tarde la muestra
Los 1.400 belenes elaborados con materiales de desecho por el fraile capuchino valenciano Conrado Estruch se han agotado ya al cumplirse la primera semana de apertura al público tras ser adquiridos por numerosas familias, jóvenes y feligreses a cambio de donativos.
La exposición de nacimientos, que fue visitada ayer tarde por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos osoro, abrió el pasado 6 de diciembre y “sólo el primer día se vendieron la mitad”, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el religioso que ha mostrado su “asombro, satisfacción y su gratitud” a todas las personas que se han implicado en esta causa.
A pesar de la crisis, “el ritmo de donativos está siendo, incluso, mayor que otros años”, según Conrado Estruch que realiza los belenes a partir de materiales de desecho, como radios averiadas, teléfonos móviles en desuso, alpargatas valencianas, costureros, calabazas, planchas o piñas.
En la actualidad, en la muestra, ubicada en el convento de la calle Cirilo Amorós, 67 de Valencia, “que ha ido reponiéndose con nuevos belenes a lo largo de esta semana” y que cerrará posiblemente este jueves, quedan una veintena de nacimientos.
Además, se da la circunstancia de que este año el fraile capuchino ha superado por primera vez con 1.400 los nacimientos en la muestra, al haberse duplicado por la crisis las familias sin recursos que atiende.
La muestra, que se realiza desde 1994 y en la que colabora el grupo Amigos de San Antonio, ha incluido nacimientos elaborados con restos de ordenadores y radios averiadas, teléfonos móviles en desuso, serruchos estropeados, alpargatas valencianas abandonadas, calabazas rotas, naranjas o tenedores entre otros materiales.
Los visitantes de la muestra de belenes pueden adquirir los nacimientos a cambio de un donativo, que será destinado a la atención de las necesidades de más de 200 familias valencianas sin recursos, cien más que en la última edición, a la Casa Cuna Santa Isabel, al Cottolengo del Padre Alegre, a la asociación para la Defensa de la Vida Provida y a misioneros de la orden capuchina en Somalia, Guinea Ecuatorial, Bolivia, Colombia y Honduras.
