El Arzobispo recibe en audiencia al Capítulo de Cavallers Jurats de Sant Vicent Ferrer
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05/07/2011
Esta mañana, en el Palacio Arzobispal
El arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, ha recibido en audiencia esta mañana en el Palacio Arzobispal al Capítulo de Cavallers Jurats de Sant Vicent Ferrer.
En la audiencia, representantes de la entidad han expuesto al Arzobispo los objetivos y proyectos para el próximo curso, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el presidente del Capítulo de Cavallers Jurats de Sant Vicente Ferrer, José Francisco Ballester-Olmos.
Entre los objetivos principales del Capítulo, figuran los de “promocionar la investigación de la vida y obra de San Vicente Ferrer, así como impulsar la consecución del título de Doctor de la Iglesia Universal”, ha añadido.
Asimismo, el Capítulo también tiene entre sus prioridades la conservación de los elementos patrimoniales, arquitectónicos, artísticos y documentales del santo como su casa natalicia o los sermonarios de la Catedral.
El Capítulo de Caballeros Jurados de San Vicente Ferrer fue constituido en el año 1966 con el fin de propagar el culto y la devoción al santo valenciano e “impulsar la pervivencia de la profunda huella que el gran dominico dejó en Valencia y en las otras tierras de Europa”.
En la audiencia, representantes de la entidad han expuesto al Arzobispo los objetivos y proyectos para el próximo curso, según ha indicado hoy a la agencia AVAN el presidente del Capítulo de Cavallers Jurats de Sant Vicente Ferrer, José Francisco Ballester-Olmos.
Entre los objetivos principales del Capítulo, figuran los de “promocionar la investigación de la vida y obra de San Vicente Ferrer, así como impulsar la consecución del título de Doctor de la Iglesia Universal”, ha añadido.
Asimismo, el Capítulo también tiene entre sus prioridades la conservación de los elementos patrimoniales, arquitectónicos, artísticos y documentales del santo como su casa natalicia o los sermonarios de la Catedral.
El Capítulo de Caballeros Jurados de San Vicente Ferrer fue constituido en el año 1966 con el fin de propagar el culto y la devoción al santo valenciano e “impulsar la pervivencia de la profunda huella que el gran dominico dejó en Valencia y en las otras tierras de Europa”.
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