Fuego cruzado en la Asamblea

No debería ser un lugar de conflictos, al menos de conflictos que salgan más allá de las puertas del Palau de la Música, pero la crispación de estos últimos años, y en especial desde el pasado fin de semana, sirvió de llamamiento para que la Asamblea Presidentes de disolución de la Junta Central Fallera fuese una de las de mayor afluencia. Con el eco de aquel sonado "putos mafiosos, sinvergüenzas e indecentes", se esperaba una sesión tensa y aunque, menos de lo esperado, el fuego cruzado tomó el protagonismo esperado.

Tras el trámite de aprobación del acta anterior dio comienzo el balance del ejercicio por parte de Pere Fuset, Presidente de la Junta Central Fallera. Sabía que los presentes no esperaban tanto la retahíla de autoelogios como lo que supuso el comienzo de su intervención. Una explicación, cierto es que suave, de su actitud del pasado sábado que sirvió de antesala a una dilatada acusación hacia los presidentes de agrupación. Al final, pretendiendo justificar su impulsiva y desmesurada reacción, no consiguió la aceptación de sus explicaciones.

Esta polémica se hizo extensiva al turno de ruegos y preguntas en el que los firmantes del comunicado con el que comenzó todo, directivos de la Interagrupación, defendieron que en ningún momento se pretendía presionar a la Fallera Mayor de Valencia, por ello se disculparon el mismo día pero nunca esto podría ser justificación a la reacción del concejal. Los argumentos de Fuset no hicieron más que generar el murmullo de los presidentes. Aún así, sin creer sus argumentos, ni verlos suficientes, se le tendió la mano y sentarse a hablar. Se aprovechó para recordarle las veces que desde la Interagrupación se le ha ayudado en los 3 años que lleva en el cargo. El propio presidente de la Interagrupación, Jesús Hernández, incluso le ofreció que si el problema era personal entre ellos 2 el dimitía de su cargo a cambio de que Fuset hiciese lo propio.

Tensión, acusaciones cruzadas, justificaciones bañadas de rencor y siempre acompañadas de "peros" acusadores. Este fue el resumen de una de las asambleas más tensas y en la que más claro hablaron las partes enfrentadas. Al final, antes de la media noche, todo quedó en mucho ruido y pocas nueces. El conflicto se diluyó poco a poco, sin quedar nada claro y con 2 partes que parecen estar lejos de acercar posturas.

Mas allá del tema estrella de la noche se aprobó la memoria literaria del ejercicio, se disolvió la Junta Central Fallera y fueron entorno a una decena de comisiones las que expusieron serios problemas de coordinación entre concejalías por los que se vieron afectadas. Cortes de calle que no se pudieron llevar a cabo, mascletàs que se quedaron sin disparar por haber coches estacionados, retiradas de mobiliario público que quedaron pendientes ya pasadas las fiestas y algún matiz a lo que viene a ser la organización de los actos festivos organizado por el máximo ente fallero.