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Las fallas NO son 5 días

Las fallas NO son 5 días
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    Ya hace una semana de la Crida, se dice que empiezan las fallas ese día, llega marzo y el ambiente de fiesta se puede sentir en cada rincón de la ciudad. Los días vienen marcados por el disparo a las 14 horas con el que miles de valencianos y visitantes vibrarán a diario hasta el próximo 19 de marzo.

    Las vallas empiezan a tomar la ciudad, se engalana cada calle con luces festivas y poco a poco irán las enormes piezas de corcho tomando cada demarcación. Las fallas infantiles tomarán la ciudad el día 14 y ya no habrá marcha atrás. El fallero vivirá los días más intensos del año llenando de vida y fiesta, en el sentido cultural de la palabra, cada rincón de este marco idílico que es la ciudad de Valencia.

    Son muchas las voces que dicen que las fallas son 5 días, nada más lejos de la realidad. La realidad es que con la última llama de la cremà da comienzo un nuevo año fallero, un nuevo ejercicio que no son 5 días sino 365. Las fallas están vivas durante todo el año. Siempre sin ánimo de lucro los falleros dedican esfuerzos altruistas a aportar valor añadido a la ciudad de Valencia. Son muchas las maneras en las que esta aportación queda reflejada. Porque las fallas son mucho más que 5 días:

    Son solidaridad

    Las fallas son un fiel reflejo de la sociedad en la que vivimos. La solidaridad que aflora en las personas se extrapola a las comisiones falleras. Se cuentan por decenas las iniciativas solidarias de todo tipo que llenan el calendario de actividad de las comisiones. Por su potencial a la hora de proponer iniciativas las comisiones no dudan en aprovecharlo para durante todo el año ir ayudando a quienes lo necesitan, porque las fallas son solidarias. Fruto de todas estas iniciativas llegó incluso a crearse un área de solidaridad en algunas comisiones y en la Junta Central Fallera.

    Son cultura

    Cuando nos referimos a las fallas como una fiesta la imagen que se genera en quien no las conoce desde dentro es la de una semana de cierto desorden en la ciudad por la situación excepcional de la que se trata. Botellón, verbenas, charangas y un sinfín de elementos considerados negativos por el no fallero que se vienen a la mente. Nada más lejos de la realidad, las fallas son principalmente cultura y para muestra un botón.

    El mayor concurso de teatro amateur de España es fallero, y es que poco se conoce de este concurso que mueve a decenas de comisiones y que durante 3 meses brindan grandes noches de teatro gratuito. Centenares de falleros subidos a un escenario y actuando para todos los públicos sin remuneración alguna, solo por intentar llevar a su falla a lo más alto.

    Y no solo son cultura por el teatro, porque aún hay más, las fallas tienen su literatura, sus poetas festivos como se les conoce. Ellos también forman parte de esa fiesta ya que sus versos y sus obras siempre serán patrimonio cultural de la fiesta fallera. Rara es la presentación que no la acompañe un apropòsit.

    Son tradición

    La orfebrería, la indumentaria, la pirotecnia, el tabal y la dolçaina e incluso el juego del truc son algunos de nuestros elementos tradicionales que se ven potenciados y refrendados gracias a todo este amplio panorama que engloban las fallas. Es mucha y muy variada la riqueza de la tradición valenciana y las fallas se han convertido en su mayor motor de supervivencia. El mimo de las manos del orfebre, la espectacularidad de ver los telares en funcionamiento, la pasión que despierta la pólvora o el sonido inconfundible de la música valenciana no tiene mejor protección que su fiesta grande. Y sí, todos estos elementos tienen su lugar más allá del mes de marzo.

    Son movimiento asociativo

    Hay un aspecto que no tiene precio y que poco se valora o poco se reconoce como un valor. El pegamento social que supone una comisión de falla. El movimiento asociativo, ver a personas de toda clase y condición unidos por un único fin, generar actividad en su falla. Las relaciones sociales son fundamentales para el desarrollo personal y las fallas son un gran impulso para ello. Decenas de actividades, actos, concursos, competiciones,… unen día tras día en cualquier época del año a falleros alrededor de una paella, de excursión, ensayando para un concurso bien sea de teatro, playbacks,… o simplemente compitiendo en un campeonato deportivo. Las fallas unen a las personas y son una excusa perfecta para relacionarse y enriquecerse como personas.

    Por todo esto y mucho más un “loco” llamado Jorge Guarro decidió un día comenzar una aventura, solicitar a la UNESCO ser reconocidos como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. Gracias a ello hoy clamamos al viento que somos patrimonio, pero no nos han reconocido por los 5 días de fallas sino por todos y cada uno de los días del año, eso es lo que hace más grande si cabe a las FALLAS.

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