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Las Esclavas de María Inmaculada conmemoran mañana la fiesta de su fundadora, la beata valenciana Juana María Condesa

  • Las religiosas, conocidas como “protectoras de las obreras” atienden a 50 mujeres y 8 niños

Las Esclavas de María Inmaculada celebrarán mañana, sábado, la festividad litúrgica de la beata valenciana Juana María Condesa Lluch (Valencia, 1862 – 1916), fundadora de la congregación cuyas religiosas eran conocidas como “protectoras de las obreras” por su labor de acogida y atención de trabajadoras de fábricas con escasos recursos.

En la misma línea del carisma de la fundadora, la congregación atiende actualmente en Valencia a 50 mujeres y 8 niños, “que son hijos de algunas de ellas”, en la residencia “Juana María” donde “la gran mayoría de las residentes, tanto extranjeras como de España, vinieron con unas condiciones muy precarias y lo que intentamos es darles una buena formación para que puedan rehacer su vida y ofrecerles un hogar donde vivir”, han indicado desde la congregación.

Con motivo de la festividad litúrgica de la fundadora se celebrará mañana una misa de acción de gracias por la vida y obra de la beata valenciana, a las 19 horas, que oficiará el sacerdote escolapio Javier Brines en la Casa General, ubicada en la calle Balmes, 27, de Valencia.

En la eucaristía participarán, siguiendo las restricciones de aforo actuales por la situación sanitaria, las religiosas de la comunidad de Valencia así como algunas mujeres de la residencia “Juana María” junto con antiguas residentes y profesores y miembros de la comunidad educativa del colegio Esclavas de María.

“Un hogar con condiciones dignas y formación humana y cristiana”

Juana María Condesa Lluch nació en Valencia en 1862 y desde que, con 18 años, vio a mujeres obreras sin recursos saliendo de fábricas “en condiciones inhumanas”, la mayoría trabajadoras de la seda, entendió que “su misión era acoger en un hogar lo que otros dejaban en la calle”. Tras superar numerosas dificultades abrió una casa de acogida para mujeres obreras “en la que ofrecer condiciones dignas para poder vivir, así como formación humana y cristiana y una escuela para los hijos de las obreras”.

Con este carisma fundó en 1884 la congregación de las Esclavas de María Inmaculada e Hijas de Santa Teresa, conocidas entonces como “protectoras de las obreras”, quienes desde la fundación hasta la actualidad rigen en Valencia la residencia “Juana María”, donde ofrecen “atención humana, espiritual y formativa”.

La congregación ofrece a las mujeres formación básica y asesoramiento por parte de trabajadoras sociales y cuentan con un grupo de voluntarios que imparte clases de español a inmigrantes, en gran parte de países del Este y subsaharianos, así como talleres de inserción socio laboral con asesoramiento para buscar empleo y de autoestima, a personas en riesgo de vulnerabilidad.

Juana María Condesa falleció el 16 de enero de 1916 y sus restos mortales reposan en la Casa Generalicia en Valencia. Fue beatificada por san Juan Pablo II en 2003.

En la actualidad, la congregación también rige en Valencia el colegio Esclavas de María Inmaculada y está presente en ocho ciudades en España y en Italia, Chile, Panamá, Perú y Guatemala.

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