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La diócesis de Valencia celebra el próximo domingo el Día del Seminario con oraciones y colectas por las vocaciones sacerdotales

La diócesis de Valencia celebra el próximo domingo el Día del Seminario con oraciones y colectas por las vocaciones sacerdotales
  • Bajo el lema “Padre y hermano, como San José”

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La diócesis de Valencia celebra el próximo domingo el Día del Seminario con oraciones y colectas por las vocaciones sacerdotales - (foto 3)

La archidiócesis de Valencia celebrará este próximo domingo, 7 de marzo, el Día del Seminario, bajo el lema “Padre y hermano, como san José’”, en el marco del Año de san José, convocado por el papa Francisco.

El Día del Seminario se celebra en toda España el 19 de marzo, solemnidad de san José, pero en Valencia se traslada a este domingo, para que no coincida con las fiestas josefinas.

En esta jornada se invita a todos, laicos, religiosos y sacerdotes, “a reflexionar y rezar juntos para pedir por los jóvenes que se preparan para ser sacerdotes y por las futuras vocaciones” e, igualmente, se anima a colaborar económicamente con los Seminarios mediante la aportación en las colectas que se realizarán en las misas de este domingo.

El rector del Seminario Mayor “La Inmaculada”en Moncada, Fernando Ramón, subraya que “San José encarna la dimensión de paternidad, custodio del Redentor, que acompaña el crecimiento del Hijo de Dios que se ha hecho hombre y, a la vez, es hermano de todos nosotros porque comparte nuestra humanidad”.

Patrón de la Iglesia Universal desde hace 150 años, san José también es patrón de los Seminarios y "al igual que acompañó a Jesús, acompaña el crecimiento vocacional de los jóvenes”, añade Fernando Ramón, quien destaca que las virtudes que tuvo el esposo de María son también “aspectos muy sacerdotales, como la discreción, el saber acompañar quedándose en un segundo plano”. “Y eso es lo que hace el sacerdote: llevar al encuentro con Jesús, y quedarse en un segundo plano”, subraya el rector.

Precisamente, el cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, dirige una carta a la diócesis con motivo este domingo del Día del Seminario en la que asegura que “el Seminario es corazón y futuro de la diócesis”, llamada a hacer discípulos de Cristo, y a evangelizar. El Arzobispo explica que “esta frase no es ciertamente una frase retórica, ni un slogan publicitario sino que refleja la realidad más propia de lo que entraña el seminario” y pide orar por los formadores, los profesores, por los seminaristas y por las vocaciones.

Con motivo de la celebración, la Conferencia Episcopal Española ha editado materiales como textos para catequesis dirigidas a adultos, a jóvenes y niños, así como estampas con oraciones y un subsidio litúrgico para las misas del domingo.

Las colectas de este domingo se destinan al Seminario

Con motivo del Día del Seminario, todas las colectas de este domingo, se destinarán íntegramente al Seminario Metropolitano de Valencia que con lo recaudado sufraga, entre otros gastos, las necesidades cotidianas de los seminaristas, todas las actividades que realizan, becas y los gastos de mantenimiento.

La jornada del Día del Seminario se celebra desde 1935 con el objetivo de suscitar vocaciones sacerdotales mediante la sensibilización.

Testimonios de seminaristas

Entre los seminaristas que actualmente se están formando en el Seminario Mayor figura Bruno Jiménez, de 23 años, de Algemesí, que asegura que su vocación le aporta “la felicidad que estaba buscando y me lleva a la plenitud, que es Él”. En su caso, "en un momento dado, el Señor me preguntó ´y tú, ¿por qué no?´. Entonces era muy joven, tenía 16 años. Y aunque lo veía bastante claro", no quiso tomar aún la decisión. “Preferí terminar la carrera para asegurarme la vida” pero reconoce que su vocación es lo que realmente le ha dado la felicidad.

Igualmente, Carlos Molina, de Valencia y de 35 años, del Seminario Mayor, afirma que el Seminario le está enseñando a entregarse de una forma distinta: “para todos, libre, allá donde te envían”. A través de “Nightfever” , una experiencia de evangelización dirigida a jóvenes, en la que participaba, Carlos empezó a plantearse su vocación. Era el coordinador del equipo de “misioneros”, que invitan a la gente a entrar en la iglesia para tener un momento de oración ante el Santísimo, y “me di cuenta de que cada vez tenía un corazón más de pastor, que me llevaba a preocuparme por cada uno de ellos, por sus vidas, por sus cosas”, explica. Acompañado por su director espiritual, vio que el Señor le estaba llamando al Seminario. “Fue una llamada progresiva”.

Por su parte, Pedro Moret, de Catarroja y 13 años , del Seminario Menor, que fue monaguillo de niño, asegura que participó un día en una convivencia vocacional y quedó encantado: “Me gustó mucho. La comida estaba muy buena, hacían cosas divertidas y los seminaristas eran muy majos”. Durante ese verano Pedro se dio cuenta de que el Señor le llamaba a seguirle “más de cerca”. Precisamente, en esos momentos su familia estaba pasando por unas circunstancias especialmente difíciles por los problemas de uno de sus hermanos con las drogas y eso hizo que Pedro se sintiera muy amado por Dios, “tenía mucha paz interior y sabía que si estaba con Él no me iba a pasar nada”.

También Samuel Brezo, del Seminario Menor, de 18 años y de Rafelcofer, cuenta su experiencia y vocación, en la que asegura influyó mucho su abuela. “Pasaba mucho tiempo con ella, y a ella le preguntaba sus dudas o le consultaba cuando tenía algún problema. Y con ella iba a misa. “Con el
 tiempo vi en el sacerdote un referente al que yo podía seguir”, explica Samuel. Una de las visitas al Seminario “me sirvió para darme cuenta de que debía seguir ese camino y me decidí”.

Tiempos de dificultad por la pandemia

En este último año de pandemia por la covid-19, la vida en el Seminario de Valencia también se ha visto afectada. “El Seminario no ha sido ajeno a lo que vive la sociedad porque estamos en medio del mundo”, indica el rector.

En el Seminario La Inmaculada se produjo un brote de covid-19 y buena parte de los seminaristas se contagiaron. “Hubo que atender a los que estábamos confinados” pero “se puso en primer plano la actitud de servicio de todos, que siempre está pero que esos días se vivió con mucha más responsabilidad”, añade.

Además, se han tenido que hacer algunos cambios para cumplir las medidas de seguridad, como llevar a cabo la oración en la iglesia del Seminario, que es más grande que la capilla y permite más separación, separar también las mesas del comedor y realizar las reuniones al aire libre. Por otra parte, las clases de la Facultad de Teología se siguen “online” y no presencialmente.

Además, este ha sido también un año de transición en cuanto a la formación de los seminaristas. Hace cuatro años la Santa Sede publicó una ratio para todas las diócesis por lo que se elaboró un nuevo plan de formación que se está empezando a aplicar. Entre sus novedades destaca la introducción de un curso propedéutico o de preparación, en el que los seminaristas están un año dedicados a confirmar su vocación en el mismo Seminario, “creando una base sólida sobre la que construir la formación sacerdotal”.

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