CulturArts llena el Teatro Rialto con su producción "Casa de Muñecas"
Ha tenido ya más de 3.000 espectadores
Se estrenó el pasado 18 de octubre y estará en cartel hasta este fin de semana
CulturArts estrenó el pasado 18 de octubre en el Teatro Rialto de Valencia su producción Casa de muñecas, de Henrik Ibsen. Desde el primer fin de semana de exhibición la obra ha sido un enorme éxito de público colgando en múltiples ocasiones el cartel de "no hay localidades" en las trece funciones realizadas han visto la función más de 3.000 espectadores.
La producción de este espectáculo muestra el apoyo de CulturArts a los profesionales del teatro valenciano y su entramado empresarial así como su interés por hacer llegar al público valenciano a los grandes clásicos de la literatura universal desde una visión propia e innovadora, y la respuesta del público ha avalado, como en anteriores ocasiones, de forma clara el acierto de esta apuesta.
Además esta producción ha despertado el interés de distribuidores y programadores de toda España, se representará próximamente en Madrid y ha sido seleccionado por el INAEM para el programa Platea por el que el Ministerio paga una parte del caché del espectáculo para favorecer y facilitar su representación por toda España.
Asimismo se ha interesado por el espectáculo el Festival Ibsen de Oslo que se celebra bianualmente, el próximo será en 2014, en la capital noruega y que reúne producciones de textos de este autor procedentes de todo el mundo, así como seminarios y debates sobre su obra.
Casa de muñecas es un proyecto de Bramant Teatre dirigido por Ximo Flores que también es autor de la versión junto a Jerónimo Cornelles, miembro de Bramant Teatre.
La obra, con un reparto totalmente valenciano, está protagonizada por Rebeca Valls, en el papel de Nora, a la que acompañan en el escenario Jerónimo Cornelles, Teresa Crespo, Albert Forner, Miquel Mars y María Minaya.
Escrita en 1879 y estrenada en 1880, Casa de muñecas constituye un reclamo por la libertad femenina, aunque el clamor por ésta, es sólo una excusa para reclamar la libertad de todo individuo a tomar su vida en sus manos. Ibsen nos habla en esta obra de la necesidad de tomar conciencia y de actuar. Nora, su protagonista, lo hace, en uno de los finales más hermosos jamás escritos en una pieza teatral. La corrupción, la alienación económica, la descomposición de las estructuras de organización tradicional como la familia, lo absurdo de la justicia y las diferencias de clase, dan consistencia y rigor a la obra del escritor noruego.
