Ojo con lo que comes en Fallas: Inspecciones sorpresa en las churrerías
El Ayuntamiento intensifica los controles en los puestos de churros y buñuelos de Fallas
La Concejalía de Sanidad y Consumo realiza inspecciones diarias de las churrerías y buñolerías instaladas en las calles de València con motivo de las Fallas para comprobar que cumplen con las medidas higiénico-sanitarias exigidas. En total, durante estas fiestas se han instalado 162 puestos de venta de masas fritas en diferentes puntos de la ciudad, que funcionan desde el pasado día 1 hasta el próximo 19 de marzo, según establece el bando fallero.
Del total de puestos instalados, 17 están adscritos a bares. Tal como ha señalado el concejal de Sanidad y Consumo, José Gosálbez, “hasta el momento llevamos un total de 369 controles, y vamos a seguir haciéndolos hasta el 19 de marzo porque la salud de los valencianos y de los visitantes durante estas Fallas es una prioridad para esta Concejalía”. El concejal ha explicado que “a fecha de hoy se han realizado 311 análisis de aceite y se han ordenado 47 cambios, mientras que de agua se han realizado 44 inspecciones”.
El delegado de Sanidad ha continuado señalado que el personal de inspección técnica mide la calidad del aceite con un medidor de compuestos polares, y todos los puestos tienen que estar conectados a la red municipal de abastecimiento de agua, ha subrayado.
Inspecciones aleatorias
José Gosálbez ha explicado que “las inspecciones se realizan de manera aleatoria, es decir, por sorpresa, y pueden ser cualquier día de la semana y a cualquier hora”. Las ocho personas del servicio técnico del Ayuntamiento que realizan las inspecciones supervisan las condiciones sanitarias de cada puesto: controlan que se cumplen las prácticas de manipulación, la conexión de red, que dispongan de calentador de agua y de grifo de accionamiento no manual, y que utilicen toallas de un solo uso, entre otros aspectos. Además, también toman muestras de agua in situ para comprobar su estado microbiológico y químico.
Tal como ha manifestado José Gosálbez, “no sólo controlamos el aceite o el acceso del agua, sino también los precios de venta de los productos, algo que nos parece fundamental ya que afecta a los derechos del consumidor”. “Comprobamos que todas las churrerías tengan en lugar visible la lista de previos, dispongan de lista de reclamaciones y que emitan tiquet si así lo demanda cada cliente”, ha añadido. El edil ha concluido recordando que el Bando Fallero “marca la pauta y establece la normativa que todos los puestos de venta de churros tienen que cumplir”.