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Cardenal Cañizares: “De la Eucaristía brota un fuerte impulso y compromiso activo para hacer una sociedad más equitativa y fraterna”

Cardenal Cañizares: “De la Eucaristía brota un fuerte impulso y compromiso activo para hacer una sociedad más equitativa y fraterna”
  • En la celebración de la fiesta del Santo Cáliz en la Catedral

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El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, instó ayer a los fieles valencianos “a vivir la Eucaristía como una gran escuela de paz” porque “de la Eucaristía, del Santo Cáliz de la Cena y de la Pasión que la evoca, brota una llamada, un fuerte impulso y compromiso activo para hacer una sociedad más equitativa y fraterna”.  

En la misa de la fiesta anual del Santo Cáliz, que tuvo lugar ayer por la tarde en la Catedral de Valencia, el titular de la Archidiócesis destacó que “la cultura de la Eucaristía promueve la cultura del diálogo y en ella se encuentra la fuerza y alimento” y animó a los cristianos a “un compromiso para dar más fuertemente testimonio de Dios en el mundo en este Año Jubilar Eucarístico del Cáliz de la Pasión”.

Este Año Jubilar quinquenal, inaugurado el pasado domingo, “es también un tiempo para que las comunidades diocesanas y parroquiales se comprometan a afrontar con generosidad los dramas y pobrezas de este mundo: el del hambre que atormenta a millones de seres humanos; la situación dramática y dura del COVID-19; las enfermedades que afligen a los países en desarrollo; la soledad de los ancianos; la desazón de los parados y de los inmigrantes”, subrayó el Arzobispo. 

“Celebramos la fiesta anual dentro del Año Jubilar, en estos momentos de la pandemia en los que el Santo Cáliz, junto con el Lignum Crucis y otra reliquia de la Pasión del Señor que se conserva en la Catedral, nos evocan el amor de Dios, la sangre derramada de Cristo con la que hemos sido rescatados, el perdón y la misericordia de Dios”, señaló el Cardenal.

En la homilía de la misa celebrada en la Seo, el Cardenal hizo una llamada a “ser uno con Él para formar un solo cuerpo que, como el suyo, destile obras de misericordia singularmente en favor de los que están más necesitados de ellas, los pobres, los pecadores, los enfermos, descartados. Eso sí que cambia el mundo, eso sí que es una verdadera revolución para el hombre”. 

Igualmente, el Arzobispo precisó que “sólo una Iglesia fuertemente eucarística, solo unos fieles que se alimenten de la Eucaristía, serán una Iglesia y unos cristianos vivos y valientes con capacidad para aportar lo verdaderamente importante de verdad, de amor, de paz, de libertad, defensa del hombre y de su dignidad y humanidad”.

Por último, señaló que “ante la preocupación de la vitalidad de la Iglesia en España, nos sentimos interpelados a permanecer unidos para hacer más palpable la presencia del Señor entre los hombres. Es necesaria una unidad sin fisuras e inquebrantable de los cristianos, como una piña, no en posición numantina, cerrada y acurrucada, sino en unidad que es expresión del amor expansivo, abierto, de mano tendida”.

La misa de la fiesta anual comenzó con la procesión por el interior de la Seo con el Santo Cáliz, desde su Capilla hasta el altar mayor, donde permaneció hasta el final de la celebración. Tras impartir el Cardenal la bendición, la reliquia fue devuelta a su Capilla.

Como cada año en la fiesta organizada por la Cofradía del Santo Cáliz, después de la homilía fueron entregadas las réplicas de la reliquia a parroquias y entidades designadas por el Arzobispo que, en esta ocasión, han sido la Orden de Agustinos Recoletos, la Iglesia de la Casa Natalicia de San Vicente Ferrer, en Valencia, y las parroquias Asunción de Nuestra Señora de Museros; San Esteban Protomártir y San Vicente Ferrer, ambas de Valencia; Niño Jesús del Huerto, de la pedanía valenciana de El Palmar; y Santa Catalina Virgen y Mártir, de Senija.

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