El cardenal Cañizares afirma que “la prioridad pastoral más necesaria en este momento crucial es la de la santidad”
Presentación del libro del profesor López Benito sobre “Los procesos de canonización”
El cardenal Antonio Cañizares, prefecto de la Congregación del Culto Divino y para la Disciplina de los Sacramentos, ha asegurado en Valencia que “la prioridad pastoral más necesaria en este momento crucial ahora es la pastoral de la santidad”, porque “necesitamos santos” y porque “todos los bautizados, sin excepción, están llamados a ser santos”.
El purpurado valenciano presentó anoche en el Palacio Arzobispal el libro del sacerdote diocesano Alfonso López Benito “Las causas de canonización. Comentarios a la instrucción Sanctorum Mater”, aprobada en 2007 por la Congregación de las Causas de los Santos en la que se aborda el procedimiento instructorio diocesano o parroquial en las causas de los santos”.
“Este libro va a contribuir de manera muy importante a que se transparente la verdad de la santidad en los procesos, para probar la santidad con todo rigor y sabiduría, sin arbitrariedad ni confusión”, subrayó el cardenal Cañizares.
En este sentido, destacó que “San Juan Pablo II dió una lección con la multiplicación de beatos y santos en su pontificado, por algunos no comprendida” y ha precisado que “con ello, sencilla y llanamente, nos estaba diciendo que la vida eclesial debe ir en esa dirección que lleva a la plenitud” y agregó que “no debemos tener miedo a ser santos”.
El libro, editado por la Facultad de Teología “San Vicente Ferrer” de Valencia, ha sido presentado en un acto presidido por el arzobispo de Valencia, monseñor Carlos Osoro, que ha agradecido el trabajo del profesor Alfonso Benito y la labor que se realiza en la delegación diocesana para las Causas de los Santos. “La pastoral de la santidad debe ser una prioridad y ésta es una diócesis de santos, que han dejado huellas que siguen produciendo frutos importantes”, subrayó el Arzobispo.
En la presentación participaron también el obispo emérito de Mondoñedo-Ferrol, el valenciano monseñor José Gea Escolano; el vicario general de la archidiócesis, Vicente Fontestad; el rector de la Universidad Católica de Valencia “San Vicente Mártir”, José Alfredo Peris, y el decano de la facultad de Teología “San Vicente Ferrer”, Juan Miguel Díaz Rodelas, que intervino al comienzo para agradecer el trabajo realizado por el profesor López Benito y la participación del cardenal Cañizares y del arzobispo de Valencia en la presentación.
El autor
Alfonso López Benito nació en Valencia hace 70 años y fue ordenado sacerdote en 1969 en la Catedral de Valencia. Entre otras titulaciones, es Licenciado en Derecho Civil por la Universitat de València y en Derecho Canónico por la Universidad Pontificia de Salamanca y Doctor en Derecho Canónico por la Pontificia Universidad Lateranense (Roma) Institutum Utriusque Juris.
Además, ha sido párroco en varias localidades valencianas y en la capital, profesor durante nueve años en el Instituto de Estudios Jurídicos de Valencia y en la Facultad de Derecho Canónico y ha trabajado en el Tribunal Eclesiástico de la Archidiócesis de Valencia ocupando distintos cargos.
Desde el año 2004 instruye como juez delegado dos causas de canonización sobre el martirio de 250 mártires y es canónigo de la Colegiata-Parroquia de San Bartolomé Apóstol y San Miguel Arcángel desde el año 1999.
De acto en acto y tiro por que me toca, parece la jerarquía esta entretenida mientras que en la univesidad católica se bajan sueldos, se reparten las competencias de quienes saben entre quienes no tienen experiencia de gestión y se inicia la ola de despidos. Muchos aplausos y emoción de santidad extrema entre Jose Alfredo Peris Cancio y otros curas de pico fino, mientras los profesores no duermen temiendo por sus trabajos y sus familias. Bienaventurados los perseguidos por causa de la Justicia porque ellos veran a Dios, y así nos santifican quienes con actos importantes, pasan el dia entre ceremonias grandiosas y persiguen a quienes somos testigos de su ineficacia. Que Dios perdone las pompas fúnebres de quienes viven a costa de la Iglesia para contruir su reconocimiento social, en vez de servir a la Iglesia buscando solo el reconocimiento de Dios. Enhorabuena don Carlos, por la tristeza y el miedo que ha traido a la Univesidad Católica. Lo que Agustín levanto, usted lo hunde.