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El Arzobispado abre una residencia para sacerdotes extranjeros en la diócesis

    El cardenal arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha creado el Convictorio Sacerdotal San Francisco de Borja que acoge, en la actualidad, a 23 sacerdotes extranjeros que residen en la diócesis de Valencia para ampliar sus estudios en la Facultad de Teología, en el Pontificio Instituto Juan Pablo II o en la Facultad de Derecho Canónico de la Universidad Católica de Valencia.

    Se trata de sacerdotes jóvenes extranjeros, procedentes de países como Guatemala, Brasil, Colombia, Argentina, Ruanda o Guinea, pero también de otras diócesis españolas, entre ellas, Cuenca, Alicante y Albacete.

    El convictorio, que se encuentra en pleno centro de Valencia, en la calle La Senia, detrás de la Lonja, les acoge desde el domingo por la tarde hasta el miércoles a mediodía, mientras realizan durante esos días su formación en Valencia, acuden a clases y ayudan en las parroquias.

    Hasta hace poco tiempo el edificio acogía a una comunidad de Jesuitas, pero hace un par de años los religiosos que lo ocupaban se trasladaron a otros conventos y vendieron el edificio a la diócesis. Desde entonces se destinó a convictorio o residencia sacerdotal, con el nombre de San Francisco de Borja, santo valenciano nacido en Gandía en 1510, que fue el tercer General de los Jesuitas.

    Ampliación de estudios

    "Los sacerdotes vienen aquí a ampliar estudios y, a la vez, se adscriben a una parroquia para echar una mano. Como algunas de esas parroquias están lejos de Valencia y no pueden ir y volver cada día a la Facultad, pasan aquí los días que van a clase. El convictorio abre de domingo por la tarde a miércoles a mediodía. Luego, de miércoles a domingo, se van a sus respectivas parroquias para ejercer el ministerio sacerdotal", explica Camilo Bardisa, director del Convictorio San Francisco de Borja.

    "Lo más habitual es que la estancia de los sacerdotes sea de tres años, que es lo que duran sus estudios", no obstante, "algunos no llegan a estar ese tiempo porque son trasladados a parroquias más cercanas a las que pueden ir y venir cada día", ha indicado. Otras veces ese plazo se alarga algo más si hacen también algún máster.

    Como destaca su director, "el convictorio es un espacio de convivencia y formación que pretendemos esté abierto a actividades extra académicas, como presentación de documentos, conferencias o charlas formativas".

    Instalaciones

    El convictorio ocupa las tres plantas más altas de un edificio, en el que Juniors MD tiene sótano, planta baja y primer piso.

    "Aunque se tuvo que hacer alguna reforma para acondicionar las instalaciones que estaban más deterioradas por el uso, no fue necesario hacer grandes cambios y se aprovecharon las instalaciones existentes".

    El convictorio cuenta con veintitrés habitaciones individuales con su propio aseo, salas comunes, sala de reunión, biblioteca, capilla y comedor. Actualmente, "existe más demanda y "ahora hay otros seis sacerdotes de fuera que residen en una vivienda de la parroquia de San Juan de la Ribera, aunque vienen a comer y cenar aquí", añade Bardisa.

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