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«Apuesto mi vida», un taller para prevenir la adicción a los juegos «online»

    Desde hace 20 años, la Diputación de Valencia y el Ayuntamiento de Puçol colaboran en el programa de prevención de adicciones dirigido a los adolescentes de la población. En las primeras ediciones se centró en la prevención de drogodependencias, pero este mes de noviembre se está realizando una amplia campaña en el instituto, el colegio Virgen al Pie de la Cruz y el curso de Formación Profesional Básica de Jardinería, dirigida a la adicción a las nuevas tecnologías y los juegos de azar online.

    Con menos de 14 años, algunos jóvenes ya han pisado una casa de apuestas… pero el porcentaje crece si hablamos de apuestas virtuales y de juegos online. Esta realidad ha llevado al Ayuntamiento de Puçol a plantear una nueva temática en los cursos que anualmente organiza con la Diputación de Valencia para prevenir adicciones entre los jóvenes de 11 a 17 años.

    «Normalmente, programábamos actividades para alumnos de 12 años recién llegados a Secundaria, porque para ellos era todo nuevo, y las charlas eran en octubre, al inicio de curso», explica José Luis Gómez, técnico de Juventud. «Pero la situación actual con el Covid-19 ha obligado a cambiar las fechas y la temática, ya que se ha disparado la vida sedentaria, en casa, frente a la pantalla, con una reducción importante del deporte y la vida social».

    Y esta dependencia de la pantalla supone, también, un aumento de las horas dedicadas a los juegos en línea y, especialmente, ha crecido la participación en los juegos de azar. Unos juegos que no son tan seguros con los más jóvenes creen. De ahí una formación centrada en lo que llamamos nuevas adicciones.

    «En los juegos, la banca siempre tiene una ventaja sobre ti, un porcentaje mayor de ganar, independientemente de que si alguien gana es porque los demás jugadores pierden y eso es algo que hay que enseñarle al alumnado. Para mostrarlo, dividimos los talleres en una primera parte psicológica, donde vemos cómo funcionan los juegos en línea y las redes sociales; y una segunda parte tecnológica, donde explicamos el funcionamiento y algunos datos que las casas de juegos no nos dicen», matiza Jorge Martínez, el monitor que está impartiendo los distintos talleres en Puçol durante el mes de noviembre.

    Bajo el título Apuesto mi vida, la programación es amplia y ambiciosa, tanto por el número de alumnos con los que se trabaja como por la adaptación del temario a cada edad. De hecho, en la programación se contemplan talleres sobre nuevas adicciones que van desde el trabajo con últimos cursos de Primera y primeros cursos de ESO, centrado en las redes sociales, el uso del móvil e Internet; hasta los videojuegos, que son protagonistas de 3º y 4º de ESO; para finalizar con los juegos de azar, talleres dirigidos al alumnado de Formación Profesional y Bachillerato.

    La programación, coordinada por XTU Puçol —el área de Juventud municipal—, ha pasado por los distintos niveles el Instituto de Educación Secundaria, pero también se ha incorporado por primera vez el colegio concertado Virgen al Pie de la Cruz y los jóvenes del taller de Jardinería del Ayuntamiento.

    Las nuevas adicciones están ahí, por ello hay que aprender a lidiar con ellas. Para José Luis, como coordinador de los talleres, «no se trata de criminalizar su existencia, sino de hacer un uso responsable de las redes y los juegos, para lo cual es imprescindible que los jóvenes estén en guardia, que asuman que su uso comporta un riesgo».

    Un riesgo que puede suponer la introducción de un virus en tu móvil o en tu ordenador, el robo de información, estafas, violencia, chantaje… algo que se advierte por la propia normativa existente. Para utilizar legalmente las distintas redes hay una edad mínima exigida: 13 años para TikTok, Twitter o WhatsApp; 14 para Instagram, Facebook y YouTube… y al ser menores, con el consentimiento de los padres.

    Y más allá de las edades reales en que cada joven empieza a usar las redes y los juegos, está el referente de los adultos, lo que ven en casa cada día, «que en ocasiones son padres enganchados al móvil o que abandonan cualquier reunión para atender llamadas, mensajes o cualquier otro aviso», estamos ante un nuevo problema social con el que hay que aprender a convivir, apunta el técnico de Juventud.

    A lo que se suma la facilidad con que las nuevas tecnologías se amplían, se desarrollan y se manejan. Es normal que los más jóvenes aprendan inmediatamente su manejo técnico, por lo que es imprescindible la información previa, como señala el monitor de la Diputación: «Yo no soy adicto a la electricidad, pero todos sabemos que dependemos de ella para nuestra vida diaria. En el caso de los juegos y las nuevas tecnologías el planteamiento es el mismo: no es lo mismo ser dependientes que ser adictos a ellos».

    Móvil, Internet, redes sociales y juegos en línea, la apuesta conjunta de Ayuntamiento y Diputación este curso para que el alumnado de Puçol tenga herramientas con las que reconocer los riesgos y hacer un uso responsable de las nuevas tecnologías.

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