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Per Marcos Masó
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Un poco menos libres

    Es más que evidente que la democracia está sustentada actualmente en el dominio autoritario de los grandes partidos políticos nacionales. Sus líderes acumulan tanto poder que eluden los controles de su impuesto sistema y aprovechan su posición para dejar fuera a los ciudadanos. El actual sistema de los partidos políticos, carece de garantías que impidan que los políticos sin ética, accedan a las cúpulas y actúen como auténticos faraones. Los partidos están configurados para facilitar el camino hacia el poder a todos aquellos mansos, cómplices y pelotas de los jefes. Estos, se de lo que hablo, son siempre los más mediocres.

    Desde hace muchos años quienes conformamos AIPL’A, partido total y absolutamente local e independiente, venimos defendiendo una política diferente en donde los arcaicos partidos compitan en igualdad de condiciones con asociaciones de ciudadanos y otras fórmulas, que controladas desde las bases, aúpen como líderes a personas de probada independencia, y con prestigio ético. Esto que a nivel municipal ya produciría un notorio resultado de política social cercana al ciudadano, sensible y más justa a las necesidades de la población, serviría a más alto nivel para que las carreras políticas de ministros y jefes de gobierno discurrieran decentemente, evitando vomitivos casos como los de Bárcenas, los ERES andaluces, los Gürtel y demás escándalos, abusos y saqueos, dícese; la parte más vergonzosamente conocida de España en los últimos años.

    Los actuales gestores con sus políticas de ahogamiento, han sembrado entre las masas la insolidaridad, las diferencias, la envidia y otras bajas pasiones, pero afortunadamente algunas cosas están cambiando, porque la generosidad y altruismo de algunos medios y legisladores no adscritos al poder, conseguirán echar de su hasta ahora inamovible sillón, a los aprovechados de todo tipo y color. Así pues, la breve alegría de ver a Blesa ingresando en prisión, o las nuevas imputaciones de ex altos cargos de Bankia o Cam, no será más que una ínfima muestra de que los malhechores están siendo arrinconados.

    Rajoy al igual que ocurrió con Zapatero, -mismos perros con distintos collares- acabará fuera de la política y con el rabo entre las piernas, porque los españoles cansados de sus nefastas políticas lo botaremos de su privilegiada posición, porque nos ha mentido y sigue haciéndolo descaradamente. Bien es cierto, que mientras no se remedie, les esperan escogidos puestos directivos en empresas a las que ahora cuidan con primor y escrúpulo, puestos distinguidos con escandalosos sueldos que les permitan soportar el aburrimiento que el modélico Felipe González, ha confesado que le produce!. Los ciudadanos asqueados ante tal panorama , reaccionan consecuentemente mostrando su desprecio a esa clase política que impone leyes que premian a quienes roban los ahorros a ancianos y tienen cuentas en paraísos fiscales, a los que desahucian a los débiles, a los que roban el dinero público con el que debieran ahorrarnos recortes en sanidad, educación, pensiones, dependencia y otro montón de derechos sociales.

    La España que en un futuro saldrá de la crisis con el demoledor esfuerzo de los trabajadores, posiblemente no se parecerá en nada al próspero país de hace una década. Seremos un país en el que los ricos serán más ricos, un país con millones de pobres y en el que la clase media no será más que un leve recuerdo de lo que quisieron hacernos creer. Seguramente seremos más desconfiados, más tristes y con menos derechos y conquistas históricas, y tal vez a este ritmo… un poco menos libres.

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