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LA UNIÓ denuncia que los bajos precios de la algarroba hacen desaparecer la mitad de la superficie de la Comunitat Valenciana en apenas diez años

  • Josep Botella dice que “al paso que vamos el campo valenciano se va a convertir en un desierto”

  • La algarroba del norte de África revienta precios y los productos sustitutivos de China desplazan al garrofín que se extra de la semilla de la algarroba

LA UNIÓ señala que los precios de la algarroba siguen el descenso progresivo de las últimas campañas y en la actual se están cotizando a 0,17 €/kilogramo pese a la reducción de la cosecha respecto a la anterior, circunstancia que hace pensar en que los agricultores abandonen la actividad ante la falta de rentabilidad.

Una comparativa de los últimos datos existentes, que se remontan al año 2006, con las cifras de superficie del año 1999 refleja que han desaparecido más de 24.000 hectáreas de cultivo, al pasar de 47.095 has en 1999 a las 23.345 has de 2006, lo que representa un descenso del 51%.

La algarroba se utiliza fundamentalmente como base para la alimentación animal y la causa de su crisis de precios obedece a la feroz competencia de la procedente de otros países como Marruecos, Argelia o Turquía que inundan los mercados y que poseen unos costes de producción mucho más bajos que los nuestros.

Por su parte de la semilla de la algarroba se extra el garrofín que se emplea para la industria de transformación (alimentos, farmacia o cosmética). Los precios del garrofín también bajan año tras año, debido sobre todo a la competencia de otros productos sucedáneos y artificiales que lo van sustituyendo del mercado como espesante (E-410) de algunos alimentos como los helados o papillas. La importación de sustitutivos sintéticos chinos –como la goma Guar, la Cassia y la Tara- desplazan al garrofín de los mercados cuando éste tiene mejor calidad y propiedades organolépticas que aquellos.

El algarrobo es un cultivo tradicional de las zonas de interior y desfavorecidas de la Comunitat Valenciana, siendo un importante complemento de rentas para esas comarcas y con un gran valor medioambiental y paisajístico. La Comunitat Valenciana sigue siendo la principal productora de algarrobas de España, pero en poco tiempo puede desaparecer este fruto seco de nuestro ámbito geográfico.

Josep Botella, secretario general de LA UNIÓ afirma que “al paso que vamos el campo valenciano puede convertirse en un desierto porque si empezamos a sumar cultivos con una alarmante falta de rentabilidad nos podemos quedar sin ninguno”.

Botella insiste en que “si las Administraciones no afrontan seriamente el abandono creciente de la actividad agraria se va a crear un grave problema de falta de productos agrícolas de calidad con unas consecuencias sociales y medioambientales muy peligrosas”.

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