Un beso entre dos falleras reivindica la diversidad LGTBI en las fallas

Las Fallas están a pie de calle y finalmente el monumento fallero más reivindicativo de las causas sociales ha podido salir a la luz después de más de un año y medio de incertidumbre. La falla Cronista Vicent Beguer i Esteve de Torrent ha podido salir a la calle a reivindicar como cada año las causas sociales menos visibles. Este año, el monumento central de su falla grande está protagonizado por dos falleras dándose un beso, reivindicando la diversidad del colectivo LGTBI en las fallas.

Esta idea surgió del artista del monumento, Estudio Chuky, que le propuso a la comisión la realización del beso lésbico como proyecto central a raíz de la idea de una publicación de una revista años atrás. El artista conoce el carácter de la comisión de visibilizar los colectivos minoritarios o las causas sociales que menos repercusión tienen y fue una idea muy bien aceptada por toda la comisión. Uno de los cinco presidentes de la falla, Fernando Pérez, comenta que todos los ninots representados en el monumento grande de la falla son hiperrealistas, ya que están basados en personajes reales. Por lo tanto, las dos protagonistas de ese beso tienen nombre y apellidos y son Mireia Estellés, que fue fallera de esta comisión desde pequeña, y Samantha Barrachina.

Además de la diversidad LGTBI en las fallas, el monumento también pone en la palestra a otros colectivos poco visibles en el mundo fallero. Uno de sus ninots representa a una Fallera Mayor mayor que representa a la hostelera Mercedes Villa que dedicó toda su vida a trabajar y a cuidar de sus hijos y siempre tuvo el sueño de ser Fallera Mayor. “Este ninot refleja que la fallera representante de la falla puede tener más de 30 años”, destaca el presidente Pérez. Otro de representante es Sebas Marín, un fallero muy conocido, como Fallero Mayor. El Langui y Pablo Pineda son otros de los ninots de la comisión que reflejan a las personas con alguna discapacidad en el mundo fallero. La campeona paralímpica torrentina, Ruth Aguilar, como Fallera Mayor reflejando que las personas en sillas de ruedas también tiene derecho a este cargo. “Con esta representación se quiere visualizar los colectivos escondidos, en silencio pero que están ahí día a día y pueden ocupar el mismo papel fallero que cualquier otra persona”, explica Fernando Pérez.

En cuanto a la repercusión mediática que ha tenido el beso lésbico, el presidente de la comisión desarrolla que no se esperaba que fuera a hacerse tan viral. “Sabíamos que alguna repercusión iba a tener pero no toda la que ha alcanzado. Que se hablaría sí, porque las fallas son sátiras de la sociedad y se convierten en otro medio de comunicación que hace reflexionar a la gente. Nos alegra esta repercusión por la visualización que ha tenido los colectivos que se reflejan en el monumento”.

“Es un orgullo que la ciudadanía hable de los temas que se expone en la falla, además, de la repercusión que eso conlleva. Estamos muy contentos de que se haya superado la repercusión en los medios de comunicación y dar una buena noticia e imagen del colectivo LGTBI, para que se hable de ello y se normalice”, ha dictaminado el presidente de la comisión fallera Cronista Vicente Beguer i Esteve.