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Victoria Rabal imparte en Teulada-Moraira el primer taller de Gyotaku de la Comunidad Valenciana

Victoria Rabal imparte en Teulada-Moraira el primer taller de Gyotaku de la Comunidad Valenciana

    Por primera vez en la Comunidad Valenciana, se realizó en Teulada-Moraira un taller de Gyotaku, estampación japonesa del alma de los peces, a cargo de la artista Victoria Rabal, una acción incluida dentro de la programación de la V edición de Dolia, Muestra de Enoturismo y Gastronomía, que organiza la Fundación del Auditorio el próximo 5 de septiembre.

    Desde el Auditori Teulada Moraira se quiso presentar este año la V edición de Dolia en un lugar emblemático de nuestro municipio, la Lonja del Pescado de Moraira, según señalaba el alcalde y presidente de la Fundación, Antoni Joan Bertomeu, quien además, agradeció a la Cofradía de Pescadores la cesión del espacio para esta matinal.

    Bertomeu añadió que, para este año y siguiendo la dinámica de años anteriores, Dolia quiere poner el acento a nuestra gastronomía a través de los productos autóctonos y de proximidad, y el producto con Denominación de Origen ( D.O.) en el que  se va a centrar este año es el aceite y ligado a éste la sal, dos productos base de nuestra dieta mediterránea combinados con los dos productos autóctonos por excelencia de nuestro municipio, el pescado de costa y la uva moscatel de Alejandría de interior. 

    Por su parte, la artista y directora del Molí Paperer de Capellades, encargada de dirigir el Talller de estampación japonesa, Victoria Rabal, explicó que esta técnica muy antigua arrancó en Tokio en 1800, siendo el Gyotaku más antiguo de 1839 y se trata de una carpa pescada por un señor feudal que lo recogió como una impresión de recuerdo de su captura.

    “Esta es una tradición de pescadores y pescaderías que lo hacen a modo de cartel o trofeo de las capturas más importantes”, dijo la artista, quien subrayó que el “Gyotaku es una impresión que nos remite a la anatomía del animal, una impresión por contacto, porque es cuerpo a cuerpo, un animal muerto, donde le ponemos la tinta, el papel, y con tus propias manos vas recorriendo la anatomía del pescado haciendo presión para obtener la impronta. Esta huella que deja  es la huella de una ausencia, de un cuerpo que ya no estará más, hay una poética de vida y muerte en ella y el color negro y el blanco del papel aún lo acentúan más”.

    Para la impresión se utiliza una tinta china o también tinta de calamar, que permite que después las piezas una vez bien limpias puedan ser comestibles. La estampación se hace sobre un papel muy fino, un papel que se denomina washi, señaló la artista.

    Rabal agradeció a la Dirección del Auditorio y a su directora Maite Serrat, la organización del evento, quien avanzó al inició de la jornada que en septiembre en la edición de Dolia el Auditori TM contará con la exposición de Gyotaku de Victoria Rabal. Un proyecto muy interesante que ha sido nominado en este 2015 como finalista en los premios FAD en la categoría de obra efímera.

    Tras la intervención de Rabal, se dio paso al crítico gastronómico, Pedro Mocholí, que se centró en los cuatro productos base que se presentan este año en Dolia como elementos importantes dentro de nuestra gastronomía.

    Mocholí incidió en la importancia de la gastronomía dentro de una sociedad inquieta que busca algo más que el sol y playa, recuperando así, en estos últimos tiempos y a cargo de cocineros tan importantes una cocina autóctona valenciana y citó a chefs como Quique Dacosta y Ricard Camarena, que han participado en ediciones anteriores de Dolia, y como ejemplo de esta labor de recuperación de una cocina que resulta atrayente para el nuevo turismo.

    El crítico añadió que, la gastronomía de kilómetro 0 es un concepto bastante reciente que viene desarrollándose y generándose a través de la dieta mediterránea, un concepto que se desarrolla muy bien a través de los productos. Y cerró su intervención centrándose en esta V edición de Dolia, remarcando que para este año esta muestra gastronómica trabajará cuatro puntos importantes de nuestra gastronomía y de nuestro kilómetro 0, el moscatel de Alejandría, el aceite, la sal y el pescado.

    A continuación se dio paso al taller de Gyotaku  donde los participantes, venidos de diferentes puntos como Madrid, Valencia, Altea, Gata de Gorgos, Jávea, Benitatchell, Teulada-Moraira, etc; con un perfil interesante, entre muchos de ellos, pertenecientes al mundo de la plástica, grabado, diseño, etc, pudieron aprender esta técnica y con ella abrir nuevas puertas y caminos a otras experiencias.

    Con este taller, la Fundación del Auditori en su línea de trabajo sigue apostando por el turismo de conocimiento, poniendo en valor nuestro territorio y nuestra gastronomía y posicionando este espacio cultural a través de una gestión que busca la excelencia a través de acciones culturales/turísticas, como esta, con el objetivo claro de mostrar y dar visibilidad a la gran valía e importancia de nuestro rico patrimonio en todas sus variantes.

     

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