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Microbiología de Sant Joan realiza un estudio para profundizar en la prevención del cáncer de cérvix

Microbiología de Sant Joan realiza un estudio para profundizar en la prevención del cáncer de cérvix

    El Servicio de Microbiología del Hospital Universitario Sant Joan d'Alacant ha realizado un estudio sobre la prevalencia y la distribución de los genotipos del virus del papiloma humano (VHP) con un alto riesgo de cáncer de cuello de útero o cérvix, que ha sido presentado por la doctora Cori Gázquez en la '30th Internacional Papillomavirus Conference', celebrada en Lisboa este año.

    Este trabajo, en el que se ha incluido a 3.335 mujeres del Departamento de Sant Joan, ha analizado la prevalencia y la distribución de los genotipos de alto riesgo en dicho departamento entre los años 2011 y 2014.

    La transmisión del virus del papiloma humano se produce a través del contacto sexual. Algunos genotipos de este virus, conocidos como de “alto riesgo”, son los responsables del cáncer de cérvix. “Desde el punto de vista de la oncogenicidad, los genotipos 16 y 18 son los más importantes, dado que se asocian con mayor probabilidad de progresión a malignidad. No obstante, existen otros también considerados de alto riesgo, que se asocian con lesiones malignas con frecuencia, como son los genotipos  45, 31, 33 y 35”, explica la doctora Victoria Ortiz de la Tabla, jefa del Servicio de Microbiología.

    La doctora Ortiz de la Tabla subraya la importancia de conocer la distribución de estos genotipos en las diferentes áreas geográficas, “dado que las vacunas existentes proporcionan cobertura frente a los genotipos más prevalentes y éstos podrían variar con el tiempo. Ésta ha sido la motivación para llevar a cabo nuestra investigación sobre los genotipos circulantes en el área de Sant Joan”. 

    Según los resultados de este estudio, la prevalencia de infección con genotipos de alto riesgo entre las mujeres de este departamento ha sido del 30%, siendo el 16 el genotipo mayoritario, en un 33% de los casos, seguido del 31 (6,7%) y del 18 (5.5%). Además, se puso de manifiesto que la coinfección con varios genotipos de alto riesgo no es un hecho excepcional, pues se encontró en un 26% de los casos.

    “Las mujeres más jóvenes tuvieron mayor prevalencia, sobre todo del genotipo 16, pero cabe resaltar que en estas mujeres la infección suele desaparecer en un período de tiempo. Es en los casos crónicos o en aquellos en los que hay presencia de otros factores de riesgo, en los que el riesgo oncológico puede ser mayor”, apunta la jefa de Microbiología.

    Asimismo y junto a la prevención, hay que resaltar la importancia de disponer de un método de diagnóstico preciso y seguro para la detección precoz del cáncer de cérvix, “pues esto permite adoptar las medidas terapéuticas oportunas en el menor tiempo posible”, afirma.

    En este sentido, en el servicio de Microbiología se realiza el diagnóstico del VPH utilizando una técnica de biología molecular, altamente sensible, que detecta los principales genotipos oncogénicos. Durante este año, se han llevado a cabo 1.890 estudios para el diagnóstico precoz del carcinoma de cérvix. Desde Sant Joan se da también cobertura para estos estudios al área de la Marina Baixa y las pacientes son derivadas desde los Servicios de Ginecología y las unidades de salud sexual y reproductiva (USSyR) de ambas áreas de salud.

    Pilares de la prevención del cáncer de cérvix

    El cáncer de cérvix es un tumor de crecimiento muy lento por el desarrollo de células cancerígenas en el cuello del útero. El principal factor de riesgo del cáncer de cuello de útero es la infección por el virus de papiloma humano (VPH), también llamado papilomavirus.

    En nuestro país, la incidencia anual estimada de este tipo de cáncer es de 8,6 nuevos casos por cada 100.000 mujeres y es la causa de 848 muertes al año. La mayor parte de éstas pueden ser prevenidas, dado que es uno de los tumores donde más eficaces son las medidas preventivas. Los pilares de la prevención son la vacunación en niñas y adolescentes, con anterioridad a la actividad sexual, y a partir de los 35 años, las revisiones ginecológicas y la detección del VPH.

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