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Un investigador de Sant Joan lidera un proyecto nacional sobre segundas víctimas

Un investigador de Sant Joan lidera un proyecto nacional sobre segundas víctimas

    Un investigador del Departamento de Salud Alicante - Sant Joan d'Alacant, José Joaquín Mira, está coordinando a través de FISABIO un proyecto a nivel nacional, que cuenta con la participación de instituciones de ocho comunidades autónomas (Andalucía, Aragón, Castilla La Mancha, Castilla León, Cataluña, Madrid, País Vasco y la Comunitat).

    El grupo de investigación está integrado por médicos de distintas especialidades, psicólogos y enfermeros de hospitales y atención primaria, con el propósito común de dar una respuesta global a la problemática de las segundas y terceras víctimas de un evento adverso (EA). Un EA es un daño no intencional que sufre un paciente en el curso de la asistencia sanitaria y que puede o no estar asociado a un error clínico.

    Este proyecto de investigación, que tiene por título “Diseño de guías y herramientas para reducir el impacto que los eventos adversos también tienen en los profesionales sanitarios (segundas víctimas) y en las instituciones sanitarias (terceras víctimas)”, está financiado por el FIS (Fondo de Investigaciones Sanitarias) del Instituto de Salud Carlos III y los Fondos FEDER y tiene una duración de tres años.

    En este trabajo coordinado se han analizado, en primer lugar, los enfoques en materia de atención a las segundas víctimas que se han puesto en práctica en países como Australia, EEUU, Holanda, Escandinavia, Reino Unido y también en España. Para ello, se realizó una encuesta a través de una plataforma online a una muestra representativa elegida al azar de profesionales y directivos.

    Atendiendo a lo que se está haciendo en España en relación a las segundas víctimas, respondieron a esta cuestión un total de 406 profesionales que representaban a 115 hospitales y 132 áreas de salud. De ellos, 19 hospitales y siete áreas de salud afirmaron haber implantado un plan de crisis, mientras que sólo dos hospitales y un área de salud contaban con un plan de actuación para apoyar a las segundas víctimas. “Estos resultados ponen de manifiesto que no están extendidos planes ni recursos para atender a las segundas y terceras víctimas”, señala el investigador principal del programa, José Joaquín Mira.

    Asimismo, este proyecto ha estudiado la magnitud del impacto (a nivel personal, profesional y económico) provocado por los EA en los profesionales sanitarios (segundas víctimas) y en sus instituciones, mediante una estimación de algunos de los costes directos para las instituciones sanitarias derivados de la atención y necesidades de las segundas víctimas.

    Los datos preliminares sobre este aspecto, extraídos a partir de una muestra de 511 profesionales de las ocho comunidades autónomas participantes, reflejan que sólo un 3,3% de los encuestados afirman haber recibido formación sobre cómo informar a un paciente que ha sufrido un EA y, sin embargo, en los últimos cinco años, un 60% de los encuestados habían sido testigos de un evento adverso con consecuencias graves para un paciente.

    Un 68,5% habían conocido a profesionales que lo habían pasado personalmente muy mal por un EA y un 27,8% habían conocido a profesionales que habían sufrido problemas laborales serios por este motivo. “Los resultados confirman que los EA incapacitan temporalmente a los profesionales, ya que afectan a su juicio clínico, al menos, en los días siguientes, por lo que al efecto emocional se le suma que se incrementa el riesgo de nuevos EA”, explica Mira.

    Tras estos primeros pasos, ahora se está diseñando y evaluando una guía de intervención para directivos y responsables de seguridad del paciente en AP y hospitales, con el fin de reducir el impacto de los eventos adversos en los profesionales sanitarios (en la esfera personal, familiar y profesional), reforzar la cultura de seguridad en las instituciones y fomentar un comportamiento ético con los pacientes, entrenando a los profesionales para una comunicación franca con aquellos que han sufrido un EA.

    Además, en una última fase de este proyecto, se van a desarrollar una serie de herramientas virtuales (web y App) de ayuda individualizada a los profesionales de ambos niveles asistenciales. Estos esquemas y herramientas de intervención para reducir el impacto de los EA en los profesionales sanitarios se pondrán a disposición del Sistema Nacional de Salud (SNS).

    ¿Por qué un estudio sobre esta problemática?

    Hasta la fecha no existen datos en España sobre la magnitud del impacto de los EA en las segundas víctimas, es decir, en aquellos profesionales sanitarios implicados en un evento adverso que se ven desbordados a la hora de afrontar emocionalmente este incidente. Se desconoce el número de profesionales afectados, la severidad de las consecuencias y el coste para las instituciones que implican las segundas víctimas.

    Por otro lado, la totalidad de los programas de intervención con segundas víctimas existentes en el mundo se activan cuando ha sucedido un EA y, por tanto, apenas se dan intervenciones para preparar a los profesionales para esta eventualidad. En este sentido, no hay en España, ni en los países de nuestro entorno, guías y herramientas para prevenir el impacto en los profesionales de los EA, que ocurren, al menos, en un 1% de las consultas de Atención Primaria y un 10% de los pacientes ingresados en hospitales.

    Asimismo, la totalidad de estos programas y de los enfoques desplegados hasta la fecha se han centrado únicamente en hospitales y no se han desarrollado actuaciones en atención primaria.

    “Todo ello pone de manifiesto la necesidad de llevar a cabo un análisis a nivel nacional sobre el impacto de los EA, ofreciendo herramientas a los profesionales para que puedan estar preparados, y resalta la importancia de este estudio, que se espera finalice en diciembre de 2016”, subraya José Joaquín Mira.

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