Sanitat teme que “una apertura rápida” pueda suponer “un cierre rápido”
Ana Barceló clama prudencia y admite que todavía “el virus no está controlado”
La mejoría de la pandemia del Coronavirus en la Comunitat Valenciana hace que el sector de la hostelería, cerrado hasta el 1 de marzo, pida una reapertura urgente por las dificultades que están pasando.
El descenso de los contagios y de la presión hospitalaria ha llevado a que la Conselleria de Sanitat y su principal portavoz, Ana Barceló, clamen prudencia porque “el virus no está controlado” todavía.
La consellera de Sanitat ha advertido esta misma mañana que “una apertura rápida puede suponer un cierre rápido” de los negocios hosteleros, por lo que insta a mantener la calma y a que la vuelta a los bares y restaurantes se haga de una manera escalonada y prudente.
Consciente de que las normas restrictivas de la Comunitat son “muy duras”, Barceló considera que han tenido “un impacto importante” porque “se ha conseguido controlar la situación epidemiológica”.
La incidencia acumulada del Coronavirus en el territorio valenciano se sitúa alrededor de los 400 casos por cada 100.000 habitantes, mientras que hace tan solo unas semanas esta superaba los 1.400 casos positivos por cada 100 mil habitantes.
A pesar de la evidente bajada de los contagios, la Generalitat decidió prorrogar todas las medidas restrictivas vigentes hasta el próximo 1 de marzo, como mínimo, ya que la incidencia sigue siendo “elevada”, algo que se considera siempre que la incidencia acumulada supere los 250 casos positivos por cada 100.000 habitantes.
“Se replanteará cómo aliviar estas medidas con mucha cautela y prudencia”, ya que “una reapertura rápida también puede producir un cierre rápido”, detalla la consellera.
La hostelería va a seguir cerrada hasta el primer día del mes de marzo, igual que los comercios no esenciales deben cerrar a las 18:00 horas como máximo, las instalaciones deportivas permanecerán cerradas salvo para profesionales y federados, el toque de queda hasta las 22:00 horas, la limitación de reuniones sociales y familiares y, por último, el cierre perimetral de todas las ciudades valencianas con más de 50.000 habitantes durante los fines de semana.
