PACMA denuncia de nuevo el maltrato animal en el tiro y arrastre

El Partido Animalista denuncia, una vez más, el maltrato a los caballos utilizados en el tiro y arrastre. PACMA grabó cómo el pasado domingo 11 de agosto en la población valenciana de Riba-roja de Túria un caballo se desplomó de agotamiento tras ser obligado a arrastrar un carro cargado de sacos por una pista de arena.

«Este vídeo es otra muestra más de que el maltrato animal en el tiro y arrastre es la norma, no la excepción«, denuncia Raquel Aguilar, coordinadora de PACMA en Valencia. «En el Partido Animalista hemos estado casi un año sin acudir a documentar ningún campeonato de tiro y arrastre, y en el primero al que hemos ido tras todo este tiempo hemos sido testigos de unas imágenes que encogen el corazón a cualquiera que tenga un mínimo de empatía y respeto por los animales».

No es la primera denuncia pública que llevan a cabo desde el partido, pues hace tan solo unas semanas también se hizo público un vídeo donde se veía a un animal sufrir por esta práctica. Hoy, tal y como apuntan desde PACMA, la polémica sigue viva y se lamentan de que esta práctica este “subvencionada con dinero público”.

El Partido Animalista publicó hace ahora dos años unas durísimas imágenes grabadas en varios campeonatos de tiro y arrastre en diferentes poblaciones valencianas, que recogían puñetazos en la cabeza a los caballos, golpes en los testículos, patadas, insultos… Desde entonces, el mundo del tiro y arrastre ha “intentado defenderse ante las críticas de la opinión pública argumentando que ya no se permite el maltrato al animal ni el uso de la vara para ‘motivar’ a los caballos”.

Sin embargo, Raquel Aguilar apunta a que esto no son más que meras excusas, «pues el tiro y arrastre es maltrato animal en sí mismo. Aunque no se golpeara al animal durante la prueba, obligar a un caballo a arrastrar un carro que puede llegar a triplicar su peso por una pista de arena bajo una temperatura de 40 grados es violencia contra los animales«.

PACMA asegura que seguirá denunciando esta práctica y reivindicando ante la Generalitat Valenciana «el fin de la utilización de los caballos para la diversión de unos pocos», concluye Aguilar.