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La OMIC advierte que en Navidades hay que comprar con criterio

  • Desde la concejalía de Consumo, a través de la OMIC (Oficina Municipal de Información al Consumidor) se advierte que en Navidad hay que comprar con criterio

La crisis ha modificado los hábitos de consumo y las motivaciones del consumidor. Se visita más el punto de venta pero se gasta menos. Se fragmenta la compra, según zonas, colectivos, etc. Se buscan alternativas de compra más económicas: la marca blanca, lo congelado en vez de fresco, no comprar lo superfluo… Se recompone el gasto controlando los gastos fijos, manteniendo a raya otro tipo de gastos y anulando hobbies u ocio (aunque la cultura española habitualmente es reacia a anular el ocio). Se come más en casa o se vuelve a la fiambrera. Los comercios incluyen ofertas o menús nocturnos. Cae lo ecológico o lo nuevo y, en cambio, se impulsa el mercado de segunda mano, que puede presentar más problemas para el consumidor.

Aunque se debe comprar con criterio siempre, en Navidades, época en la que proliferan las compras, hay que tener especial cuidado. Para comprar con criterio y poder ahorrar dinero en la adquisición de productos hay que planificar, presupuestar y comparar. También es mejor escalonar las compras y repartir el gasto. Hay que diversificar y comprar sin excesos. No hay que abusar de las tarjetas. Se debe leer bien el etiquetado, así como seguir las instrucciones de uso. Y se recomienda llevar a cabo una Navidad verde, que significa no excedernos en los envoltorios de los regalos, depositar los residuos en los contenedores adecuados, etc…

En relación a productos extras como juguetes, regalos, loterías y menús hay que dar más valor a la seguridad sobre el precio, a los gustos y al detalle sobre las marcas o la publicidad, a la sencillez sobre el exceso, a los valores tradicionales sobre el consumismo exacerbado…

También hay que tener especial cuidado con la protección de datos. El uso de las nuevas tecnologías, así como las visitas cada vez más asiduas de los comerciales a los hogares, conlleva que cada vez más se faciliten datos no necesarios o que se preste documentación privada, unos gestos que pueden tener como consecuencia algún disgusto para el consumidor. Por lo tanto, siempre es mejor comprar en establecimientos de confianza, conviene que sean comercios locales o al menos que estén adheridos a algún sistema o red que garantice la calidad y seguridad al cliente.

En el caso de los juguetes ha cambiado la normativa, ahora se regula mediante el RD 1205/2011 de 26 agosto, que deroga el RD 880/90 de 29 junio y lo adapta a las directivas y los nuevos productos y exigencias sobre seguridad, ya que es un producto destinado a un grupo de especial protección como son los niños y muy protegido en la Red de Alerta.

Al comprar un juguete hay que tener en cuenta que vengan con el marcado CE, que sean juguetes no complicados, que el más caro no significa que sea el mejor, que tenga buena relación calidad/precio y que sea adecuado para la edad y los gustos. No hay que dejarse influir por la publicidad, hay que comprobar el embalaje y el funcionamiento antes de comprar, así como leer las instrucciones. Hay que tener especial cuidado con las piezas pequeñas, tener en cuenta cuantos niños pueden jugar y evitar juguetes con demasiado ruido. También hay que fijarse en el etiquetado: nombre, marca del juguete y fabricante, potencia máxima, instrucciones, si son menores de 36 meses, que sean pictogramas adecuados, que venga el etiquetado en español, advertencias sobre los riesgos, identificación del fabricante, etc. Hay que guardar el ticket para conservar la garantía, que es de 2 años en los juguetes nuevos. La garantía comercial o devolución la establece el establecimiento.

Se define como juguete todo articulo destinado a ser utilizado con fines de juego por niños con edad inferior a 14 años. Se excluyen como juguetes adornos de Navidad, equipos deportivos, muñecas decorativas, rompecabezas de más de 500 piezas, hornos eléctricos de más de 24 voltios, máquinas de vapor, joyas de fantasía, juegos de video, chupetes, bicicletas para hacer deporte...

Un juguete se considera seguro si utilizándose en condiciones normales no pone en peligro la seguridad de los niños o terceras personas. Determinados juguetes deben llevar instrucciones uso y revisión, productos químicos, primeros riesgos, advertencia, primeros auxilios.

Por último, hay que tener en cuenta que se trate de juguetes que eviten lesiones, intoxicaciones o quemaduras, electrocución, radiación, etc.

Volver a lo tradicional y disfrutar del espíritu festivo navideño, sin un excesivo consumismo, es una buena alternativa, pero para los regalos que inevitablemente se van a comprar hay que tener en cuenta frente a un problema no hay que dejarlo sin más, hay que dialogar para solucionarlo, aunque bien es cierto que la prevención y la información es la mejor defensa. También se deben guardar los documentos como publicidad, ticket de venta, contrato, etc… para poder reclamar posteriormente si no se llega antes a una solución dialogada. Además hay que tener presente que todos los establecimientos deben tener hojas de reclamaciones y los consumidores están en pleno derecho de hacer uso de ellas cuando lo considere oportuno, aunque hay que llevar el trámite hasta el final para sea eficaz la reclamación.

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