La Orquesta de Cámara de Valencia abrió una nueva etapa de esplendor en el Festival Internacional de Música de Llutxent
El Festival de Llutxent en su XVIIª edición apostó por un solo concierto en el que la Orquesta de Cámara de Valencia, dirigida por el maestro Molina González junto con los solistas Teresa Albero y Rodrigo Esteves, protagonizaron una noche inolvidable.
El año 2020 tuvo que ser cancelada la edición del Festival por los motivos de sobra conocidos. Desde hacía diecisiete años, dicho festival había sido un referente cultural en el mundo de la música trayendo a personalidades tan importantes como Caballé, Achúcarro, Floristán, el Cor de la Generalitat y un etcétera de grandes intérpretes. Después de este año difícil, Llutxent con su alcaldesa al frente Charo Boscá, quisieron apostar por un solo concierto que ofreciera al público calidad, buena música y momentos únicos.
La Orquesta de Cámara de Valencia junto con las voces de la soprano valenciana Teresa Albero y el barítono hispano-brasileño, Rodrigo Esteves, pusieron en pie al público que asistió al concierto. La dirección del maestro Molina González fue excelente. Pendiente de todos los detalles y teniendo muy presente a los solistas sabiendo dar protagonismo a la orquesta cuando correspondía y arropando a los solistas con elegancia y conocimiento del repertorio como pocos. Una batuta a tener en cuenta por su claridad, musicalidad y fraseo. Cabe destacar tanto la famosa Obertura de las Bodas de Fígaro, en donde la articulación, el fraseo y el estilo mozartiano fueron absolutos protagonistas. Nada fácil de conseguir.
Una de las voces valencianas más exquisitas que existen hoy en día, la soprano Teresa Albero demostró una versatilidad propia de las grandes intérpretes. Supo cantar cada una de las obras con respeto al estilo y al género. Fue memorable el aria de la condesa de las Bodas de Fígaro –Dove sono- por su línea de canto, los matices y el dominio del estilo. En el repertorio de zarzuela brilló tanto en las romanzas como en los dúos. Esteves fue un compañero único, con un saber decir propio de los que llevan a sus espaldas los mejores escenarios del mundo. Con un color vocal y un dominio técnico que hizo de romanzas como Luche la fe por el triunfo de la zarzuela Luisa Fernanda un momento único.
Quisieron apostar por la ópera y la zarzuela y, sobre todo, por una orquesta que día a día se está convirtiendo en un referente y símbolo de calidad musical. El Festival Internacional de Música de Llutxent tuvo una noche histórica en un marco incomparable. Una noche mágica que abrió una nueva etapa en su consolidada trayectoria. Enhorabuena, es obvio que ganaron la apuesta.
