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Los misioneros valencianos supervivientes del terremoto de Ecuador siguen enterrando ocho días después a “familias enteras”

    Los misioneros valencianos supervivientes del terremoto de Ecuador, el sacerdote Ramón Peris Pla, de l’Alcúdia de Crespins, y el seminarista Rafael Alventosa, de Ayacor, siguen durmiendo en carpas en el patio de la parroquia, sin agua ni luz, y enterrando a “familias enteras, niños con sus padres y abuelos”, una semana después del seísmo, ocurrido el pasado 16 de abril, según ha indicado a la agencia AVAN el propio sacerdote.

    Así, según expresan en una carta de agradecimiento dirigida a amigos, familia y sacerdotes en la diócesis de Valencia, por “vuestra preocupación, muestras de cariño y solidaridad”, se encuentran “bien” pero “asustados” porque “aquí la Madre tierra continúa temblando y parece que durante unos meses las réplicas se sucederán”.

    Las pérdidas materiales han sido de gran magnitud- algunas capillas de la parroquia de San Patricio que rigen en la ciudad portuaria de Manta, “tendremos que volverlas a construir”- pero sobre todo son “pérdidas humanas”.

    No obstante, “después de varios días sin luz, sin agua, sin comida, y en medio de una gran confusión, parece que las cosas van retomando vida”, según Ramón Peris, natural de la localidad valenciana de L´Alcudia de Crespins y misionero en Ecuador desde hace más diez años.

    Así, el sacerdote valenciano indica que “hay muestras de solidaridad muy grandes, por ejemplo, el miércoles y sin avisar, llegó un padre amigo mío desde Quito, Padre William Rojas, rector del seminario Santa María, tras nueve horas de viaje con la furgoneta llena de víveres y dispuesto a ayudar en lo que fuera”.

    “Con rapidez y eficacia, con la ayuda de los monaguillos y jóvenes de la parroquia organizamos bolsas de comida y la llevamos en primer lugar a los discapacitados: agua, arroz, atún, aceite, y galletas de chocolate”, según el misionero.

    Igualmente, “desde la fe todos estos acontecimientos, a pesar de ser trágicos, no nos permiten hundirnos en el vacío y la desesperación, al contrario es momento de elevar el corazón al Creador y orar con más intensidad”, añade.

    Asimismo, el sacerdote agradece “a los jóvenes de la parroquia, especialmente a los monaguillos, por mostrarnos su gran afecto”. Así, “a Rafa y a mí no nos dejan ni a sol ni a sombra, hasta algunos duermen en carpas con nosotros en el patio parroquial, formamos un equipo fabuloso”.

    El seísmo ha producido numerosas víctimas mortales entre los feligreses de los misioneros valencianos y graves daños materiales en su zona, en el territorio en el que se extiende la parroquia de San Patricio, integrada por un total de siete capillas en los que atienden a una feligresía de 50.000 personas.

    Para ayudar a los damnificados, la delegación de Misiones del Arzobispado de Valencia ha habilitado una cuenta bancaria destinada a los “afectados de Ecuador” en Banco Santander: ES50 0049 5442 2920 11485005.

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