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El renacer de las viejas escuelas

    Las escuelas de Quatretonda se construyeron en 1969 y cerraron sus puertas a mitad del curso 1994-95. El número de alumnos se había desbordado y las instalaciones se quedaron pequeñas para acoger a los niños que daban sus clases en aulas improvisadas en viviendas particulares que no estaban ocupadas. Con el tiempo hubo un nuevo colegio y las viejas escuelas tuvieron un uso residual hasta que la planta baja fue destinada hace tres años a la biblioteca y la escuela infantil, quedando la planta superior deteriorada por la falta de uso.

    En ese espacio deshabitado ha actuado el ayuntamiento con el dinero del plan de Inversiones Financieramente Sostenibles (PIFS) de la Diputación, lo que permitirá que las viejas escuelas vuelvan a funcionar a pleno rendimiento con dos nuevas aulas para la Escuela Pública de Adultos, un aula de estudio, una en la que se impartirán cursos de restauración de muebles y una gran sala de exposiciones que completará las prestaciones de un centro sociocultural con biblioteca y escuela infantil. El presidente de la Diputación, en su visita a las obras de las escuelas, puso como ejemplo esta actuación que subvenciona “la formación a través de la vida” para entender el objetivo de un plan que se basa en la participación ciudadana. “La única manera de saber en qué quiere gastar la gente el dinero de los impuestos es preguntarle”, asegura Rodríguez.

    Jorge Rodríguez tuvo claro desde el primer momento que los 72 millones de euros de remanente que quedaron en la Diputación con el traspaso de poderes no irían a los bancos sino a los personas. Arrancó así una cuenta atrás que en apenas semanas debía convertir en adjudicaciones los proyectos de los 266 municipios de la provincia para poder ser ejecutados a lo largo de este 2016. Es el caso de las viejas escuelas de Quatretonda, en la Valld’Albaida, una de las obras del plan PIFS que activó el gobierno de Rodríguez y que ha conseguido adjudicar 70 de los 72 millones destinados a usos sociales.

    La esencia del plan

    Las viejas escuelas de Quatretonda transmiten la esencia del primer gran plan de la nueva Diputación, seguramente el más ambicioso que ha puesto en marcha la Corporación a lo largo de su historia, difícilmente igualable. El PIFS ha destinado a los ayuntamientos “el equivalente a cuatro o cinco planes provinciales de obras y servicios”, asegura el presidente, en referencia a los tradicionales PPOS que la Diputación reparte entre los ayuntamientos para ejecutar las obras que estos necesitan cubrir.

    Menos planes pero con más dinero; esa es la clave de la nueva Diputación, y las escuelas viejas de Quatretonda, que en primavera se convertirán en un centro sociocultural de referencia en la comarca, se presentan como el fruto de esa política para las personas. Ese tratamiento especial para los pequeños municipios que más necesitan el calor de la Diputación se ve reflejado en este proyecto de 86.000 euros que los vecinos de este municipio de 2.500 habitantes venían reclamando en las consultas ciudadanas del ayuntamiento.

    Lo explica el alcalde, el socialista Enrique Benavent, que esta semana mostró las obras al presidente de la Diputación, dentro de la ruta comarcal de Jorge Rodríguez para conocer el estado de ejecución de las inversiones sostenibles que han supuesto su primera gran decisión de gobierno. Sostenibles porque se trata de obras que, siguiendo las recomendaciones de la normativa europea, no requieren de un mantenimiento que pueda generar sobrecostes en un futuro. “Estamos en unas escuelas viejas que en cuestión de semanas van a ser un edificio polivalente muy potente, con todas las comodidades para los vecinos”, insiste el alcalde de uno de los municipios con mayor índice de licenciados de la provincia, un pueblo que siempre ha apostado por la educación.

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