L’Eliana recupera un mural de cerámica del reconocido diseñador industrial Durán-Loriga

El Ayuntamiento de l’Eliana ha recuperado un mural de 50 metros cuadrados del prestigioso ceramista y diseñador industrial Miguel Durán-Loriga. La obra, reflejo del estilo constructivista de los años cincuenta y sesenta, decoraba la cafetería de la piscina de verano del municipio; una instalación que fue construida en la década de los sesenta y que el consistorio rehabilitó el pasado verano. Conocedor del valor artístico de dicho mural, el Ayuntamiento de l’Eliana decidió recuperar los módulos cerámicos con el fin de reubicarlos como elemento decorativo del nuevo edificio para la Formación de las Personas Adultas (FPA).

Los técnicos municipales y los alumnos de la Escuela Taller fueron los encargados de desmontar y catalogar los módulos cerámicos de su ubicación original. “Estamos ante un mural de gran calidad artística, obra de un ceramista que ha sido dos veces reconocido con el Premio Nacional de Diseño”, ha destacado el alcalde de l’Eliana, José María Ángel, quien ha explicado que “el mural se encontraba en muy buenas condiciones, puesto que estaba en un recinto cubierto y cerrado”. Para Ángel, “la nueva ubicación del mural, en la fachada de la FPA y la cafetería anexa, revaloriza la obra e invita a los ciudadanos a observarla”.

Algunas de los murales más relevantes de Miguel Durán-Loriga los encontramos en la fachada de los almacenes Sears en Barcelona, las paradas de las Ventas y Gran Vía del metro de Madrid, los hoteles Concorde de Las Palmas, Huerto del Cura (Elche) y Stardust de Las Vegas o el Instituto Oftalmológico de Miami. En 1952, el artista fundó la Cerámica Artesana Alfaraz –que firma la obra de l’Eliana- y dos años después se hizo maestro en el oficio de alfarero de arte.

Durán-Loriga ejerció de profesor en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de Madrid (1973-1981), fue el primer director del centro de Diseño Oficial en Valencia y fundador de la Escuela Experimental de Diseño Industrial de Madrid. Durante toda su vida, la investigación y la creación fueron la base de su trabajo, obteniendo importantes becas, como la de la Fundación March en 1976, y numerosos premios entre los que destacan la Medalla de Oro de Baviera (1960), el Premio Nacional de Diseño (1971 y 1979) y el Premio Ciudades para Europa (1981). Según Abraham Rubio , doctor en Historia del Arte por la Universidad Complutense de Madrid y restaurador-conservador por la Escuela Superior de Conservación y Restauración de Bienes Culturales de Madrid, “las cerámicas de Miguel Durán son un ejemplo de cómo la artesanía se ennoblece con el diseño y pasarán a formar parte de la historia de la cerámica española de la segunda mitad del siglo XX”.