Càrcer apuesta por el autoconsumo eléctrico con el establecimiento de placas solares en el ayuntamiento
Càrcer ha conectado ya a la red eléctrica su nueva central fotovoltaica instalada en el techo de la casa consistorial, con la que da el primer paso hacia el autoconsumo eléctrico. El consistorio dirigido por Josep Botella ha puesto en marcha una central que puede generar alrededor de 11.000 kWh al año, lo que permitirá ahorrar unos 1.500 euros en la factura de la luz y además contribuir a la lucha contra el cambio climático ya que evitará la emisión de cuatro toneladas anuales de dióxido de carbono y seis kilogramos de residuos radioactivos. “La nueva planta continúa una línea de trabajo ya iniciada en la anterior legislatura y que pretende la doble función de ahorrar en la factura de la luz para que los vecinos paguen menos y contribuir a la protección del planeta. Ya cambiamos hace años las bombillas para establecer las LED con las que conseguimos reducir la factura de la luz en un 50 % y además adquirimos el primer coche eléctrico del consistorio. Todo para, mediante la continuidad en las políticas, ayudar a la descarbonización de nuestros actos”, afirma el alcalde, Josep Botella.
El ayuntamiento ha invertido alrededor de 10.000 euros en la nueva planta fotovoltaica de autoconsumo, una inversión que amortizará en cuatro o cinco años y a partir del momento podrá disfrutar de energía totalmente gratuita. Es por ello que el consistorio tiene intención de continuar con la ampliación de las instalaciones para poder suministrar energía también a otros centros públicos como las escuelas. La central ha sido establecida por la empresa valenciana Heliotec (la Vall d’Uixó), adjudicataria del concurso público, y está formada por veintidós módulos fotovoltaicos de 330 w del fabricante también valenciano Atersa. Ocupa una superficie en el tejado de la casa consistorial de 45 metros cuadrados. “Nuestra política está clara y vamos a seguir con ella. El planeta está en riesgo y estamos obligados a reaccionar desde los pueblos y los ayuntamientos. De lo contrario seremos cómplices de la destrucción del planeta”, añade Botella.
