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Alonso: “Los barrios medievales de Chelva son ejemplo de unidad en la diferencia, convivencia y acción conjunta”

  • La directora general de Cultura ha visitado el Casco Histórico de Chelva declarado Bien de Interés Cultural

  • La Conselleria de Educación, Cultura y Deporte ha invertido más de 1.600.000 euros en el patrimonio chelvano

La directora general de Cultura, Marta Alonso, ha visitado Chelva, acompañada por la alcaldesa de la localidad, Cristina García, con motivo de la reciente declaración, a finales de 2012, del Conjunto Histórico de la Villa de Chelva y sus huertas como Bien de Interés Cultural.

Alonso ha señalado que esta protección del casco histórico y las huertas de Chelva, supone la culminación del proceso que se inició hace ocho años cuando la Generalitat tomó la iniciativa de proteger diferentes elementos del patrimonio chelvano: en 2004 se declaró Bien de Interés Cultural el Acueducto de Peña Cortada, dos años después se declaró BIC la Iglesia de los Ángeles y se delimitó el entorno de protección del Castillo y Murallas de Chelva y en 2010 se colaboró en la redacción del estudio previo para la redacción del Plan Especial de Protección del Conjunto Histórico.

Esta acción protectora se traduce en una inversión total de más de 1.600.000 € en los últimos 15 años. Destacan las intervenciones en los elementos de arquitectura hidráulica, como la rehabilitación del acueducto de Peña Cortada, con un presupuesto de 938.000€, la reparación del puente de la Mozaira, que superó los 535.000€, o la intervención en el acueducto del Murté, subvencionada con 16.855€.

Dentro del casco urbano, se ha subvencionado la restauración de la fuente de la plaza Mayor, se ha intervenido en la Iglesia de los Ángeles, en la que se han llevado a cabo desde eliminación de humedades o la restauración del campanario hasta la reparación de las cubiertas. También en la ermita de la Santa Cruz se realizaron obras de consolidación. Ya en el ámbito arqueológico, en 2009 se subvencionó la campaña del Abrigo de la Quebrada.

“Chelva es una localidad con un patrimonio rico y bien conservado, no sólo en cuanto a monumentos individuales, sino que destaca muy especialmente por el conjunto formado por toda la Villa, con sus característicos barrios medievales en los que convivían las comunidades judía, cristiana y musulmana, que han guardado sus características tipológicas”, ha apuntado Alonso.

La Villa de Chelva

Compuesta por una serie de barrios de gran complejidad, con un trazado sinuoso que se adapta al terreno, es de gran interés histórico y patrimonial conservar la huella de todos los habitantes que caracterizaron los diversos barrios antiguos: el barrio árabe de Benacacira, el morisco o del Arrabal, el judío o del Azoque y los barrios cristianos medievales y modernos.

El barrio árabe, conocido también como Benacacira, fue construido en el siglo XI por los árabes, ocupando un peñasco alargado y rodeado por una fortificación con cuatro puertas, de las que sólo subsiste la de San Cristóbal. En su parte oeste se encontraba el castillo árabe, del cual sólo quedan algunos restos ya que en épocas posteriores se reutilizó y remodeló para crear el palacio y castillo cristianos. Su entramado de atzucats, callejas, pasadizos y adarves guardan una de las pocas mezquitas de época árabe que se conservan en la Comunitat, transformada en la Ermita de la Soledad.

El barrio morisco o del Arrabal remonta su origen a los siglos XIII y XIV, en él se asentaron moriscos y cristianos recién llegados tras la conquista cristiana, así como los árabes tras ser expulsados del barrio de Benacacira en 1369. Éstos erigieron una mezquita, la de Benaeça, que posteriormente fue la ermita de Santa Cruz.

Actualmente es uno de los sectores más característicos de Chelva, su trazado es también muy quebrado y de una gran riqueza espacial. En él destacan en la plaza del arrabal el antiguo ayuntamiento o consejo de la villa, donde estaba el centro neurálgico de la ciudad en ese momento, y la ya nombrada mezquita de Benaeça. También encontramos la Ermita de la Virgen de los Desamparados del siglo XVII, que destaca por su rica decoración interior barroca de esgrafiados.

La judería o barrio del Azoque, como Benacacira, también estaba encerrada tras murallas que permitían vivir a los judíos aislados de musulmanes y cristianos. Uno de los arcos del antiguo Ayuntamiento, denominado portal del Azoque, nos introduce en este barrio, que conserva intacto su trazado original, con calles estrechas y puertas de acceso que lo aislaban del exterior.

Los barrios cristianos que se encuentran en la parte más baja de la villa, siguen también la orografía de las colinas situadas en el nivel inferior a la de la plaza mayor y unen el barrio de Benacacira, con el del Arrabal y la Judería por el río. Su estructura urbana es menos sinuosa y más amplia. Seguramente se trata, junto con el Arrabal, de la última zona de expansión del pueblo en la época medieval.

Las huertas de Chelva datan de época musulmana. Se aprovechó el trazado del acueducto romano (siglo I) de Peña Cortada, que discurre al norte de la población, para desarrollar un sistema de acequias, balsas y acueductos, creando una fértil huerta hoy en uso. Debido al fuerte desnivel es abancalada en su totalidad con paredes hechas con la técnica de piedra en seco y conocidas popularmente con el nombre de hormas, cuya función es sujetar la tierra y marcar los lindes.

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