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Sandra Gómez-Pimpollo: trabaja, tres hijos, campeona de España de pesca y con plaza para el Mundial 2020

SABÍN - 27/12/2019 | Fotógrafo: Sabín

El 3 de noviembre, Sandra Gómez Pimpollo se proclamaba campeona de España de pesca individual, por equipos y de élite, lo que le da acceso al próximo Mundial. Lo sorprendente de esta pescadora de Puçol es que comenzó con tres años, abandonó la pesca durante siete años para formar una familia y ahora lleva once años seguidos llegando a la final del Campeonato de España. Francia 2020 será su tercer Mundial… y acudirá allí con sus tres hijos. Un ejemplo admirable de conciliación de la vida familiar, laboral y el deporte de élite.

Del 31 de octubre al 3 de noviembre se celebró en las playas de Motril (Granada) el XVI Campeonato de España de Pesca de Selecciones Autonómicas de Damas. Sandra Gómez-Pimpollo Galcerá logró el primer puesto por equipos con la Selección Valenciana, se proclamó campeona individual y será una de las dos valencianas que formarán parte de la Selección Española en el Mundial que se celebra en Francia en septiembre de 2020.

Estos éxitos deportivos son el broche a dos temporadas en las que también ha conquistado el Provincial de Pesca en la Malvarrosa, el 13 de abril 2019, y formó parte de la Selección Española que en octubre de 2018 quedó en 4ª posición en el Mundial celebrado en Gales, aunque empatadas a puntos con la tercera clasificada.

Pero siendo apabullantes, los éxitos deportivos no son lo más destacado de Sandra. Sobre todo si se conoce su trayectoria personal.

Caña a los tres años

«A los tres años mi padre me llevaba a pescar, con siete años ya sacaba mabras y a los quince quedé tercera en el Open de España, porque entonces no había Campeonato de España», recuerda Sandra. «Pero en la adolescencia, cosas de la edad, lo dejé, me dediqué a disfrutar de la juventud, me eché novio y estuve siete años sin pescar… hasta que en 2006 volví porque sentía que la pesca era lo que realmente me gustaba».

Volvió y ese mismo año se proclamó campeona autonómica.

Desde entonces no deja de acumular títulos provinciales, autonómicos y nacionales, una competición en la que ha estado presente en los últimos once años de forma ininterrumpida «y eso que para llegar al Campeonato de España hay que quedar entre los tres primeros en el Provincial y entre los siete primeros en el autonómico».

Además, subir al podio en el Nacional implica tener plaza para el Mundial, algo que Sandra ha logrado en cuatro ocasiones, aunque sólo ha participado en tres: 2014 en Francia, 2018 en Gales y 2020 nuevamente en Francia.

«Tuve que renunciar a ir al Mundial de Sudáfrica el pasado mes de febrero, sencillamente por problemas económicos: no podíamos permitirnos acudir con mi marido y mis tres hijos y eso que en el trabajo nunca me ponen problemas para ir al Mundial, pero son muchos gastos para nosotros».

Lo paradójico es que en Sudáfrica, España se proclamó campeona del Mundo por equipos… sin Sandra, que tuvo que renunciar a participar.

Conciliar trabajo, familia y pesca

Sandra tiene dos hijas y un hijo, de 12, 10 y 3 años. Cada mundial en el que ha participado lo ha hecho con un hijo pequeño acompañándola, igual que en el resto de campeonatos, y, en ocasiones, en primer plano: «en Asturias tenía que parar en cada manga para dar de mamar al chiquillo».

La pesca no es un deporte del que se pueda vivir, al menos en España.

Para acudir al Provincial y al Autonómico, los gastos corren por cuenta de cada competidor. Si llegas al Nacional o al Mundial, entonces es la Federación quien se hace cargo de los gastos del deportista.

«Pero sólo cubren mis gastos. Mi marido y mis hijos me acompañan, pero se tienen que pagar todo ellos y a veces, como en Sudáfrica, son tan elevados que no podemos permitirnos ir todos… pero nos gusta ir en familia a todos los campeonatos, de hecho, mi marido era jugador y entrenador de baloncesto y ha acabado dejándolo para dedicarse también a la pesca».

Y eso que Sandra presume de tener un jefe muy comprensivo, Manolo Cervera, y una empresa que le permite no trabajar los días en los que tiene que acudir a un campeonato, lo que a veces supone una semana entera, porque hay que acudir al lugar del torneo varios días antes, probar a distintas horas y tomar las decisiones adecuadas sobre qué aparejos utilizar en cada caso.

«Trabajo en Mercadona, en Valencia, y nunca me han puesto pegas para acudir a los campeonatos, en ese sentido tengo mucha suerte… porque un campeonato para nosotros sólo supone gastos, nunca ingresos. No creo que nadie viva de un deporte como la pesca en este país».

Saber leer el mar

Aunque reconoce que al acudir al Campeonato de España hay rivalidad entre todas las deportistas, cuando forman parte de la selección son una piña y casi siempre son las mismas componentes: cinco compiten y acompaña la capitana, por si falla algo.

Juntas han vivido muchas experiencias, aunque una recuerda con especial cariño: «en Gales tienes que correr detrás de las mareas, son muy vivas y en unos minutos el agua se marcha lejísimos… tienes que correr detrás de ellas con los materiales a cuestas».

Para ella la clave de todo es «saber leer el mar».

No puedes elegir la posición, porque entras en un sorteo, ni tampoco la hora ni el estado de la mar… y todo eso influye.

Pero sí puedes leer el mar y saber. Saber qué peces comen en superficie, cuáles a mitad y los que se alimentan en el fondo. Saber qué aparejos hacen falta en cada caso. Y saber elegir qué tipo de pez es el que más te interesa por la cantidad, por el tamaño y por el peso.

«Siempre viajamos a probar unos días antes del campeonato, para pescar a distintas alturas y distancias. También probamos a distintas horas, especialmente a mí me gusta mucho pescar de noche. No se trata de lanzar la caña y esperar, sino de tomar las decisiones adecuadas: el pez grande está más lejos, son gregarios por lo que hay que localizar dónde está el bando y, sobre todo, tienes que preparar el aparejo adecuado».

Un ejemplo: en Motril, en noviembre, Sandra y su padre —que no sólo fue su maestro y mentor, también la acompaña siempre que puede a las competiciones— llevaban más de 200 aparejos preparados y, pese a todo, cada día había que cambiar detalles y preparar material nuevo, en función de cómo estaba el mar.

El resultado: dos campeonatos de España, individual y por equipos.

«El factor suerte influye, pero poco. Lo realmente importante es saber y tomar las decisiones adecuadas: desde motivar al pescado con boyas de olores o con luces hasta decidir si pescas a 150 metros, como he hecho en ocasiones, o prácticamente pegada a la playa. Y eso se consigue con la experiencia, con horas de entrenamiento y disfrutando de la pesca… como yo espero hacer durante muchos años. Ganar un Mundial es mi próximo reto y espero conseguirlo en compañía de mi marido y mis hijos».

Sandra, un admirable ejemplo de conciliación de la vida laboral, familiar y deportiva.

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