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Romería al Cabeçol: un nuevo día, un nuevo camino, unas nuevas fiestas

Romería al Cabeçol: un nuevo día, un nuevo camino, unas nuevas fiestas
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    El domingo último de agosto comienzan las fiestas patronales de Puçol. Siempre en domingo y al amanecer, con una romería a pie hasta la montaña del Cabeçol, situada en el término municipal de El Puig. Es un homenaje al lugar donde en 1570 se encontró la imagen de la Virgen al Pie de la Cruz, una imagen que desde 1925 es la patrona canónica de Puçol. Un camino a pie lleno de simbolismos.

    Siguiendo la tradición, el último domingo de agosto se celebró la romería al Cabeçol, acto con el que comienzan las fiestas populares y patronales de Puçol. Los preparativos comenzaron en la iglesia de los Santos Juanes sobre las 6.30 de la mañana, cuando varios componentes de la Cofradía de la Virgen al Pie de la Cruz, junto al párroco Ismael Ortiz, organizaron los pañuelos conmemorativos y las pulseras, con las que se acredita a aquellos que han realizado realmente la romería, es decir, que recorren a pie el trayecto entre la parroquia y la montaña del Cabeçol, donde fue encontrada en el siglo XVI la imagen de la que hoy es la patrona de Puçol.

    Tras recoger la pulsera, los participantes iniciaron el viaje, con ese sentido iniciático que tienen este tipo de celebraciones, acompañados además del amanecer: un simbolismo histórico sobre el nuevo día, la nueva luz, unas nuevas fiestas... Cada uno a su ritmo, muchos en grupo, charlando, haciendo fotos del paisaje y con algún pequeño impedimento (las obras de Aguas de Valencia en el tramo correspondiente al término de El Puig), pero con el apoyo de Protección Civil y la Policía Local.

    Al final todos llegaron, eso sí, los que acudieron en coche lo hicieron antes... pero se pierden el sentido profundo del camino.

    La primera parte de la ceremonia que se celebra el último domingo de agosto en el Cabeçol es un ejemplo perfecto de ese carácter de iniciación que tiene la romería: la cofradía y los párrocos dan la bienvenida a los niños y niñas bautizados en el último año, quienes suben al altar acompañados por sus padres para ser presentados a la imagen de la Virgen al Pie de la Cruz y, como recuerdo de este día, reciben un pañuelo y un pergamino... y las imprescindibles fotos, naturalmente.

    Aunque algunos eso de hacerse fotos al amanecer no lo llevan muy bien, por más simbolismo que conlleve esta tradición.

    La segunda parte, la misa en la montaña donde fue encontrada la imagen de la Virgen al Pie de la Cruz, corre cada año a cargo de los dos párrocos de Puçol (Ismael Ortiz y Vicente Gozálvez) y algún invitado, papel que en esta edición han oficiado Antonio Cavero (hijo de Puçol y habitual en los actos religiosos de las fiestas) y un debutante, Alejandro Navarro (párroco de Sueca).

    Tras la Eucaristía y la Comunión, con participación directa de gran parte de los asistentes, ya con el sol empezando a calentar la mañana, llega la hora del camino de regreso. La mayoría lo hace a pie, siguiendo la tradición... aunque cada año la cola de coches que esperan al pie de la montaña crece, síntoma de que las prisas por atender otras actividades el domingo por la mañana obligan a un regreso lo más acelerado posible.

    El resto, los peregrinos que siguen su camino a pie, aprovechan para hablar, saludar a los amigos, comentar las novedades de las fiestas este año, recordar las vacaciones, compartir alguna foto con el móvil... en una palabra: convivir.

    Son dos formas muy distintas de vivir la tradición.

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