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Escuela Municipal de Danzas: cuatro décadas preservando la cultura valenciana

Escuela Municipal de Danzas: cuatro décadas preservando la cultura valenciana
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    La Escuela Municipal de Danzas es una de las más antiguas de Puçol, comenzó en la década de los 70, con la llegada de la democracia, y pronto va a cumplir 40 años de un trabajo en el que la rentabilidad no debe medirse por el número de alumnos cada curso, sino por su labor continuada para preservar la cultura y las tradiciones valencianas.

    “La persona que puso en marcha la escuela de danzas fue Tere Boix, después entré yo como profesor y aquí sigo casi cuatro décadas después”, explica Ferran Roig, el director de la escuela. “En estos años ha cambiado mucho la mentalidad y la oferta cultural: cuando empezamos había muchísimos alumnos, era una novedad y había pocas escuelas en marcha. Ahora hay muchas escuelas y las danzas son una más”.

    Una escuela municipal más que cuenta de media con 25 alumnos adultos y de 10 niños cada curso, porque los objetivos siguen siendo los mismos: preservar la cultura y la tradición, para lo que es imprescindible apostar por la enseñanza desde pequeños… aunque sin olvidar el perfeccionamiento de los que ya dominan la materia.

    “Los cursos de iniciación a las danzas tradicionales valencianas se centran sobre todo en la técnica de la danza, el manejo de las castañuelas y el estudio de ritmos como la jota, que es fundamental para empezar”, continúa el director. “En cuanto a los adultos, como ya dominan la base, ampliamos las danzas incluyendo, además de jotas, seguidillas, fandangos, boleros… En definitiva, se tocan muchos palos”.

    Aunque la formación es la clave, no tendría sentido si luego esos conocimientos no se hicieran públicos, algo que se consigue sobre todo a través de los bailes en la calle, la danza, una actividad que tiene su dificultad técnica, porque la música es imprescindible para danzar pero ha de ser una música que pueda desplazarse: “para que se escuche bien por las calles hay que acompañar con el tabal y la dolçaina. Con cuerda es más complicado actuar en la calle, porque su sonido se pierde y porque es más difícil que puedan tocar mientras se desplazan”.

    Este año, como ya es tradicional, la escuela municipal actuará en la dansà del 9 de octubre, recorriendo las calles de Puçol junto a otros grupos invitados. Será su segunda actuación en apenas un mes, ya que suele encabezar cada año la cabalgata de fiestas en septiembre.

    “También bailamos en otros pueblos, como El Puig o Náquera, donde actuamos a menudo, o en cualquier otro que venga a buscarnos para montar una actuación. Y, por último, cada mes de junio realizamos la gala de fin de curso, que es una actuación pública en la Casa de Cultura de Puçol para mostrar lo que los alumnos han aprendido a lo largo del año”.

    Ferran cree que hoy en día habría que trabajar más la base, acudiendo a promocionar este tipo de actividades en los colegios de la población, aunque no se obsesiona con la cantidad de los alumnos, sino con la calidad de la formación: “Y luego está la moda de los ritmos latinos, de los africanos, de la meditación asiática… Hoy en día, los bailes de todo el mundo se llevan más que los tuyos propios, pero hay que seguir peleando. Estamos rentabilizando nuestro trabajo y cumpliendo nuestros objetivos. No es algo que se deba plantear como una actividad que sea rentable económicamente, sino que hay que poner nuestra cultura y nuestras tradiciones en valor”.

    Hay muchas formas de medir la rentabilidad de un proyecto y la clave de la escuela de danzas no está en el número de alumnos, sino en esa labor callada en pro de la cultura valenciana.

    Una labor que abre sus puertas en estas fechas. Durante el mes de septiembre y principios de octubre está abierto el plazo de inscripción para el nuevo curso. Los interesados pueden informarse en la Casa de Cultura por la tarde. Y en octubre comienzan las clases los lunes y miércoles por la tarde: primero los infantiles y luego los adultos, dispuestos a preservar la tradición al ritmo que marquen la música y Ferran.

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